Por cada cosa

Tu preocupación

Por una vez en su vida no pensaría en las cosas, haría lo que sus sentimientos le dictasen. Por eso en todo el camino en taxi luchó para no escuchar la voz de la razón, bueno, fue inevitable escucharla pero intentó no ser influenciado por ella. Al estar frente a la puerta de la casa sus miedos vuelven y su razón le dice que está haciéndolo todo mal. No se anima a tocar el timbre, su corazón se acelera, suda frío y sus manos tiemblan. No es como sí todos supieran su relación con Ravi, pero está por entrar a la casa de su ex y con qué escusa, no tiene ninguna. Decide huir. Voltea pero justo en ese momento escucha que la puerta se abre.

—Aquí está, ya llegó —dice una chica hablando por el teléfono—. Pasa —Leo voltea y le mira. Es la hermana de Ravi—. Vamos —insiste ella, ve que él no se mueve así que le agarra del brazo y le obliga a entrar—. Hakyeon me dijo que vendrías y que no te animarías a entrar —sonríe divertida—, sí que eres callado. Sígueme te llevaré con Wonsik.

Ambos caminan hasta el fondo de la casa, ella abre la última puerta a la derecha y deja que él entre antes de cerrarla de nuevo.

Leo no mira la habitación, sólo mira al chico que está acostado y todo tapado en la cama. Intenta calmarse porque de lo contrario terminará huyendo y no quiere eso, pero su corazón no se calma, no deja de latir y golpear su pecho. Respira profundo para calmarse, cuando se siente preparado camina unos pasos hasta quedar cerca de la cama.

—Ravi... —susurra con miedo. ¿Y si le echaba o le insultaba? ¿O le decía todo lo que sentía? Él no estaba preparado para nada de eso—. Wonsik —insiste pensando que el chico está dormido.

Ravi se remueve y se encoge en su lugar, llega a tapar su cabeza. Él cree que la voz de Leo es parte de sus delirios, su imaginación. Ha pensado tanto en él que ya lo imagina, no es bueno eso, la fiebre lo esta afectando mucho. Eso cree hasta que siente como tocan sus cabellos, rápido se destapa y asustado golpea la mano de Leo, su corazón late con furia al verle pero comienza a recordar y frunce las cejas.

—¿Qué haces aquí? —le pregunta, fingiendo enojo. No está enojado, está feliz de ver a Leo ahí pero también triste. Se sienta en la cama y siente mucho frío así que enrolla la sábana alrededor de su cuerpo—. No te necesito, ¡Vete! —al gritar lo último le da un gran dolor de cabeza así que hace una mueca y cierra los ojos.

—No lo haré —sentencia para nada seguro.

Ravi abre los ojos y mira con cansancio a Leo, no dice nada, se vuelve a acostar y le da la espalda a su ex. Al segundo escucha como la puerta se abre y se cierra con fuerza. “No quería que te fueras” piensa Ravi, triste, mucho más de lo que estaba antes. Se sienta en la cama y mira su puerta cerrada. Ahora se siente muy solo en esa habitación tan pequeña y fría. Siente sus ojos llenarse de lágrimas pero él se niega a llorar, no sabe ni porque esta así de sensible, parece una chica y odia sentirse tan vulnerable. Y todo porque esta enfermo. Ahoga un sollozo y se asusta cuando escucha que su puerta se abre, mira hacia ahí y ve de nuevo a Leo, esta vez trae puesto un cubre bocas.

—Tu hermana me dijo que ya tomaste medicamento —susurra el castaño, se acerca a la cama y se sienta—. Me quedaré contigo —levanta una mano y limpia las lágrimas de su chico.

—Entonces me explicaras porque terminaste conmigo —le pide Ravi, logrando que Taekwoon se ponga nervioso y baje la mano.

—Lo siento —susurra muy arrepentido, baja la mirada pero Ravi se tira hacia él y apoya la frente en su pecho.

—Confía en mí —le pide, está cansado por la fiebre y el dolor de cabeza—. Abrázame —cierra los ojos, el mayor le hace caso y le envuelve con sus brazos.

Este es el momento en donde Leo debe hacer lo que N le dijo, dejar de escuchar a su razón y decir todo lo que siente. Él esta asustado pero es a Ravi a quien le contará todo, no tiene que temer.