Despues de 200 páginas

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¿Por qué pasa que me enamoro al ver abrazos, sonrisas y besos en las demás personas?
¿Por qué el amor resulta algo triste al ver cartas de corazones rotos y personas melancólicas?
Uno va por la vida preocupándose por los exámenes de la semana, si el libro que falta en tu biblioteca ya llegó a la ciudad o si va a llover el día adecuado para salir con paraguas.
Me invade la dopamina, se me dilatan las pupilas; lo se. Me sudan las manos, solo veo lo que no debería y terminaría dejando me con otra decepción.
Y es que cuando comienzo a ver mariposas nerviosas en los libros, en el aire y las personas solo me quiero enamorar.
Es un complejo de hipocondríaco, pero con peores efectos. La gente habla de amor y tu quieres besar.
Porque realmente no me quiero enamorar, pero tú, amigo mio, llegas y tomas mis mejillas, me dices que soy bonita y flirteas conmigo ¿como no soñar con el amor? Y al final de la noche me pregunto si de verdad me gustas, si lo que me dices es verdad o si te sientes tan confundido como yo en esto.
Comienzo a verte a escondidas, nos sonreímos y hablamos camino a casa, y se ahí que ya estoy pérdida. No importa cuantas veces me repita los cientos de noviazgos fracasados que he escuchado decir en alguna chica bonita, tu ya me tienes contigo, al menos hasta que recuerde mis inseguridades y vuelvan esas malas historias a hacerme víctima del temor a ganar y perder la felicidad.
No se como se siente un beso, por eso no lo he tenido.
Leo tantas veces que las miradas de los protagonistas se encuentran en un duelo de supervivencia que la mía y la tuya juntas me darán la primer prueba de la irremediable atracción. Y también, vuelvo a los libros, de donde conozco todos los besos posibles y encuentro que esas miradas ya no se encuentran, después de 200 paginas de amor de que predicen a lo que llegaré si arriesgo.
Por ello, prefiero no empezar a mirarte.

Diario de mi juventudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora