Que y si...

24 1 0
                                    

¿Y si cuando no estoy con él le olvido?

Y si, en el momento que su silueta no se marca en ninguna superficie visible mis ojos ya no le buscan, pues es improbable que su sombra se esconda en la luz.

¿Qué pasaría si yo me esfumara por meses o años? Su existencia en el plano de la memoria lo haría igual.

Cuando los días lejanos a su último beso crecen tiendo a olvidar su voz, o la forma de su cara.

A veces olvido como se mueven sus manos.

O como dice mi nombre.

Como me saluda mas no como se despide pues ese es el recuerdo de su último momento a mi lado.

La prerrogativa de su muerte.

Recuerdo siempre como me sonríe o a veces cosquillea mi nuca imaginando en una paleta de colores y sensaciones el olor que de él emana.

Pero le olvido porque a pesar de que su cuerpo persiste en mi, no le extraño y de a poco permito que una bruma espesa lo cubra hasta volverlo a tener.

Cuando estoy libre de su presencia, sus labios están a horas de distancia o las últimas palabras reales que nos regalamos fueron en otra época de la luna, encuentro, olvidada en medio de la luz; la cordura mundana que me es arrebatada a besos.

Puedo hablar con nadie y conmigo, las únicas voces que necesito para enfriar el fuego de mis ojos, domar las quimeras de los sueños fantásticos que él siembra al aprisionarme en sus brazos.

Entonces me decido a no entregarme por completo, nunca amarle por más tiempo y dejarlo libre para volver a respirar.

Cuando olvido su voz, también mi mente comienza a negar todo lo que vive en mi pecho al estar entre sus brazos. Y cuando los recuerdos y el amor se vuelven dóciles, los suplanta el juicio sin sentimientos, ya no me importa como antes.

¿Y si termino por querer abandonarle?

Diario de mi juventudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora