Gracias por haberme dado un sentimiento tan lindo como el amor; a las 11 de la noche cuando miraba al techo y recordaba cada palabra tuya sobre mi.
Puede que nunca llegamos a nada más que amigos pero, fue bello saber que podía jugar contigo a los enamorados.
Hacía mucho que no escuchaba baladas en la radio y cantaba la letra de memoria, que no bailaba con una mano en el corazón y sonreía como tonta a cada hora sabiendo que me mirabas.
Era hermoso poder repetir una canción tantas veces como quisiera, todo el día inclusive; sólo porque no dejabas mi mente. En un lugar que nunca se vaciará de un amor de otoño.
O también fue genial poder voltear a ver tu rostro y encontrarme a una persona con la mirada en mi. No en mi rostro, mi cuerpo o algún espacio detrás mio; sino en mi verdadero yo, dentro de mis ojos, casi rozando el calor de mi alma.
Esa sensación no podría cambiarla por nada y por ello te doy las gracias.
Eso es lo único que duele, el que me sentí querida como he hecho con otros y solo fue la imaginación nivelando las cosas.
Agradezco las semanas en que comprendí a medias a las parejas que caminando juntas se detenían en medio de la calle y se abrazaban.
Pude ver de reojo lo que es querer, al menos un poco; a alguien que no es tu madre.
Aún esta fresco el recuerdo de las ganas tan intensas de vomitar que tenía cuando te enviaba un mensaje, cuando te tocaba "accidentalmente". Era el vértigo más bello y horroroso que podía haber tenido en esos días.
