36.Ya todo da igual.

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—Por favor,Alice.— Dice Mathen ya más enojado.

— A veces, necesitaría a alguien que me comprendiese.— Le digo haciendo la maleta y echando ropa dentro de esta.

 —Yo te comprendo,pequeña.—Dice acercándose a donde yo estaba.

  — No,no lo haces. Has estropeado todo el momento romántico.—   Le reprocho sin más.

  — No se me dan bien estás mierdas,Alice.—Me dice casi gritando.

—Por eso mismo, esto ya ha terminado aquí. Haz tu vida.— Le digo ya harta,harta de todo.

—No entiendes nada,Alice.— Dice cortante y frío como la primera vez que lo vi.

 — Me gustaría ver como cojones entenderías mi situación.— Le digo bruscamente.

  — Soy una persona madura, lo entendería.— Dice cruzándose de brazos y mirándome.

Me río instantáneamente.

 — Mi vida es una mierda,Mathen.— Le digo girándome y mirándolo seriamente.— Mi vida es tan mierda que a veces quisiera terminar con ella, que acabe ya.— Le voy diciendo mientras sin querer se me saltan las lágrimas.—¿Sabes? A veces me he preguntado que fuese sido de mi en una familia "Normal". O incluso si fuese sido feliz, no como ahora.—Digo girándome y cerrando la maleta.

—Alice....yo...— Dice mirando al suelo.

  —Ya todo da igual.—Digo en un susurro.

Cojo mis maletas y salgo fuera de la casa a esperar al taxi, miro hacía atrás por si un caso viene Matt.

Que ingenua soy, él no vendrá más.

¿Como se atreve a decirme que mis padres no me quieren? Y lo peor todavía,diciéndome que soy una niñita inocente.

Gruño molesta y poco después aparece el taxi, que carga mis maletas. Me subo, y le doy las indicaciones de donde tiene que ir.

Me apoyo en el cristal y suspiro.

Nada en esta vida es para siempre, no sé cuantas veces me he propuesto de ser feliz, y solo hay que verme,soy una muerta viviente.

Tanto daño que me hace la gente y lo que más temo es convertirme en una persona sin corazón.

Fría,calculadora y prepotente.

¿Quien en esta vida quiere eso?

Nora lleva dos días sin apareces, no sé lo que estará haciendo ahora...

Mi tía Adeline me dijo que su "Novio" vendría a buscarme, ya que ella no puede porque estará trabajando, y que tendré unas horas para mi sola en la casa. La verdad me gustaría preguntarle sobre mi padre,saber al de él. Cada vez que pienso en todo lo que me ha ocurrido todo este tiempo, siento un dolor en mi pecho que nada ni nadie me podrá quitar nunca en la vida, tengo miedo, miedo de que mi padre no me acepte o que incluso no me conozca ni sepa de mi existencia.

  —Señorita,ya hemos llegado. — Me dice el hombre amablemente.

  — Oh gracias, quédese con el cambio.— Le digo dándole el dinero.

Él me agradece por unos instantes y se despide de mi detrás de un "Que tenga buen viaje".

 Veo mi vuelo y tal, dejo mis maletas y me subo al avión después.

Voy mirando asiento por asiento hasta que veo uno libre, al lado de un chico que se quedó dormido.

Me siento a su lado sin hacer demasiado ruido, y espero a que salga el avión ya.

¡Ese Boxeador es mío! © P A U S A D A Donde viven las historias. Descúbrelo ahora