Capítulo 6.

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Como respuesta me acerco a él y le doy un beso en los labios.

- Lo tomaré como un sí- susurra.

Seguido le cojo de la cintura y bajo mis manos hastá su boxer, se lo bajo lentamente sin necesidad de agacharme y él termina de quitarselo. Unimos nuestros labios de nuevo y pasa sus manos por mi espalda hasta alcanzar mi sostén de encaje negro. Me lo desabrocha y me desprendo de él por encima de la cortinilla. Sus manos descienden hacia mi cintura, y pasan pos mis caderas alcanzando mi braguita de encaje a juego del sostén. Me la baja muy despacio con mucha sensualidad, soy yo la que se deshace de ella. Continuamos sin despegar nuestros labios. Le acarico el torso y el abdomen mientras él pasea sus manos por mi cintura y mi abdomen. Continúa hasta casi alcanzar mis pechos.

- ¿Te molestaría si...

- No.- le respondo al intuir su pregunta.

- ¿Estás segura?

Afirmo con la mirada. Desliza sus manos por mis senos y los acaricia con dulzura y con pasión mientras nos besamos. A medida que continua, noto como se excita y como me agarra los pechos con gusto. Noto también su miembro erecto, es algo que no puede evitar. Está a unos centímetros de introducirse en mi, pero ambos nos abscenemos a ese deseo. La exitación va a más, por mi parte también. Me agarra de la cintura y me apoyo sobre la fria y húmeda pared.

El chorro de agua ardiente hace que tengamos mas calor aún. Apoya sus manos en la pared a ambos lados de mí, está intentando controlar su excitación. Yo le agarro del cuello con el mismo fín.

- Creo... que ya... deberiamos... salir.- susurro entre sollozos mientras me besa el cuello.

- ¿No te gusta?

- Si. Demasiado...- sus besos por mi cuello me daban mucho placer- tus padres... van a... sospechar...

- Ve saliendo tu primero. Hay una toalla en este mueble de aquí.

Salgo de la bañera y cojo una toalla. Me estaba secando cuando oigo unos gemidos de placer salientes de la bañera. No me podía creer que estubiera haciendo eso conmigo aquí. Aunque por otra parte sentía el acercamiento que teníamos y me gustaba que no tubiéramos cosas que esconder.

- ¿No te podías esperar a hacerlo cuando no esté delante?

- Cata, si ya tenemos confianza...

- Demasiada por lo que veo...

Me excita mucho esa situación. Sale de la ducha, le hago un escaner de la cabeza a los pies, la verdad es que está como un queso. Se cuelga la toalla de la cintura. Salgo del baño y me dirijo corriendo a su habitación esperando que nadie me vea. Me visto con mi ropa de ayer y espero a que Bruno me de la señal. Salgo de casa cuando sus padres estaban en el trastero.

- Muchas gracias por ayudarme anoche.

- Te he salvado de una buena bronca.- se pasa la mano por el pelo y pone esa sonrisilla tímida que hace que me derrita.

- Me gusta lo que sea que tengamos.

- A mi también.- ríe.

El hecho de que hallamos definido nuestra relación ha ayudado a aclarar varios temas. Y la ducha ha hecho que veamos lo que hay mas allá del sexo. Aunque estoy impaciente por hacerlo con él, esperar es parte del proceso y el deseo hace que lo valla a disfrutar mucho más.

- Debo irme antes de que tus padres nos vean.

Nos damos un calido beso de despedida.

- Me gustas mucho Bruno Aldez.

- Y tu a mi Catalina Relloso.

No nos soltamos la mano hasta que la distancia nos obligó a hacerlo.

Entro en casa y me quedo pensativa en la puerta. Miro por la mirilla y observo como Bruno está pensando en mí. Nunca me hubiera imaginado que aquel chico de la acera de enfrente llegaría a gustarme de este modo.
- ¡Hombre Cata si has aparecido!

- Hola mamá...

- ¿Has venido en metro?

- Sí.

- Te has duchado por lo que veo.

Ese comentario me hace recordar lo que acaba de pasar hace 15 minutos y me sale una pequeña sonrisa.

- Sí.

Mi madre continúa con el interrogatorio de los domingos y cuado termina me voy a mi cuarto. Veo a Bruno desde mi ventana. Al percatarse de mi presencia coge un papel y escribe. Lo pega al cristal con el fin de que pueda leer lo que pone.

NO TENGO TU NÚMERO.

Yo le contesto con otra hoja en la que pone mi número de teléfono.
Lo apunta en el movil y 30 segundos después me llega un mensaje.

- Tendremos que repetir otro día.

- Pero esta vez sin tus padres en casa creo que sería mejor.

- Estás hecha una traviesa.

- Y tu un salido.

Apago el movil. Ya es la hora de comer. Prueba superada.

Diario de Cata- sexo y otras drogasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora