Capítulo 7

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Lunes. Mi cerebro no consigue hacer que me levante de la cama. Anoche me quedé estudiando hasta las 2 de la madrugada para un exámen de historia. Nunca se me ha dado demasiado bien esa asignatura, así que lo mejor era ponerse las pilas.

Salgo de casa con tiempo, así que voy a paso lento. Cruzo la esquina y alguien me coge por atrás y me pega a la pared. En ese instante pensé que iba a morir, o que me iban a violar. Pero no fue así.

- Esta noche he soñado contigo.- me susurra al oido mientras me agarra de la cintura. Bruno.

- ¿A sí? ¿Y que has soñado?

- Eso no debería decirlo.

- ¿Por qué no, estamos en confianza?- le respondo también en susurros.

- Porque pensarías que tengo la mente muy sucia para salir contigo.- me comienza a besar el cuello sensualmente y me mete sus cálidas manos por debajo de mi camiseta.

- ¿Esa es la única razón?

- Si... te lo digo...- me decía mientras me daba pequeños besos subiendo por mi cuello hasta mi boca- quizás... no se haga realidad.

Sus manos pasan por mi cintura hasta mi abdomen. No pasa de allí. Conoce los límites.

- Aquí nos puede ver cualquiera.

Me calla con un intenso beso, Bruno es muy buen besador.

- Voy a... perder... el bus.

Pues dile al chofer que espere. Y me roba otro dulce beso que hace que el corazón se me ponga a mil y sienta mil mariposas en mi estómago. Finalmente terminamos con una pequeña mordida en el labio inferior y nos vamos cada uno por su camino. Llevo todo el día pensando en Bruno. Me desconcentra en clase hasta cuando no está ahí.

- Catalina.

- ¿Qué?

- Que expliques la página que acabamos de ver.

No sabía ni en que página íbamos. Le miro de reojo a la de al lado para saber la página y comienzo a soltar palabras sueltas que leía. Al artarse el profesor escoje a otra persona para explicar mi parte.

En el patio:

- Había pensado en ir de compras después de las clases.- propone Raquel.

-¡Me parece genial!- todas acceden, menos yo. Yo prefiero no responder ya que puede que no quieren que valla.

- ¿Tu Cata?- preguntó Rocío.

- Ehhh yo... ¡Si, claro! Me había pillado por sorpresa.

- Genial, pues nos vemos en el metro a las 5.

El resto del día transcurrió con normalidad. Ya había llegado a la boca del metro. Todavía eran menos cinco así que esperé sentada en un banco. Estaba observando el panorama, cuando un chico como de mi edad se hacerca y se sienta a mi lado. Tras unos incomodos secundos de silencio él rompe el hielo.

- ¿Esperando a alguien?- me giro para verle mejor. Es un chico de estatura media, ojos marrones y pelo corto y uniforme. No era nada feo, tenía una bonita boca y unos profundos ojos.

- Sí- contesté fría.

- ¿A... algún chico quizás?

- No y perdona la pregunta pero... ¿Por qué te interesa?

- No lo se... He visto a una chica guapa, solitaria en un banco y mirando a la nada y he decidido lanzarme y hablar con ella.

- Ahh pues... gracias... supongo.

Diario de Cata- sexo y otras drogasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora