Sentía como si esa no fuera mi cama, abro los ojos:
- Mierda.
Ahora recuerdo. Me dolía un poco la cabeza. Me levanto de la cama y me dirijo hacia la cocina, de donde provenían ruidos.
- ¡Hombre, si te has despertado!
Bruno estaba calentando una taza de leche en el microondas. En la encimera ya estaba servido un desayuno para dos.
- Bu... buenos días.- respondo adormecida.
- Pensé que no ibas a despertar nunca.
Inmediatamente miro la hora. Las 12 de la mañana. Corro hacia arriba con el fin de encontrar el movil. Cuatro llamadas perdidas.
- ¿Sí?
- Hola mamá me acabo de despertar.
- ¡Cata donde estabas!
- Perdona mamá me he quedado a casa de... de Raquel a dormir ya que como sus padres no estaban no quería despertaros.
- Bueno... me parece bien pero tendrías que haber avisado.
- Lo se, lo siento...
- ¿Cuando piensas volver?
- Cuando desayune supongo.
- Bueno pues aquí estaremos, un beso.
- Adios.
Hago un suspiro de alivio y bajo a la cocina. Bruno estaba esperandome, ¡y no llebaba camiseta! Me ve y sonrie. Me derretía con su mirada, su sonrisa y sus abdominales.
- Sientate.
Había preparado un chocolate caliente y tostadas con aceite, jamón y sal.
- ¿Has hablado con tus padres?
- Sí, les acabo de llamar. Les he dicho que estaba en casa de una amiga.
- Mis padres deberían llegar para la cena. ¿Que tal has dormido en mi cama?
- Oh, bien gracias.
Un silencio nos invade mientras saboreamos el desayuno.
- Oye...- me lanzo a preguntar- ¿dije o hice algo ayer de lo que debería acordarme?
- ¿A parte de lo que pasó en mi cama?
¡¿De lo que pasó en su cama?! ¡¿A caso follamos?! Eso explicaría por qué está así de alegre...
- ¿Nosotros lo... hicimos?
- ¿No te acuerdas?
Trago saliva esperando a que caiga un meteorito del cielo y me caiga encima.
- Pu.. pues...
Bruno comienza a reirse de una manera muy sexy y me mira.
- ¡Cata! ¡Era una broma!
Le doy un puñetazo en el brazo como venganza. Me había conseguido engañar.
- No tiene gracia.
- Si quieres te cuento lo que pasó. Me pediste que te arropara y que me tumabara junto a tí unos minutos. Nos dormimos y cuando me desperté bajé al sofá. No pasó nada más.
- ¿Nada más?
- Nada más, lo prometo.
Me avergüenzo de mi actitud de anoche, pero quedo aliviada por saber que no pasó nada a parte de eso. Bruno me contó como me encontró anoche y como me trajo a su casa.
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Diario de Cata- sexo y otras drogas
Novela JuvenilCatalina es una chica de 15 años que lo ha pasado muy mal en su vida. Ha tenido una infancia feliz, pero le esta costando superar la adolescencia debido a unos cuantos baches. Cuando estaba convencida de que su vida no podia estar mas hundida, apare...