Capítulo 10

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Ya llegamos al lugar. Para entrar había una elegante alfombra roja llena de personas saludándose con vestidos maravillosos. Esperamos unos minutos a que el padre de Bruno diera paso a la inauguración.

- Buenas noches, mujeres y caballeros- saluda en general- lo primero que quiero apuntar es, que este duro trabajo no hubiera sido posible de llebar acabo, sin el apoyo incondicional de mi maravillosa mujer y mi estupendo hijo.

Instantaneamente el padre de Bruno lanza una mirada hacia donde estábamos nosotros y toda la gente fija su mirada en nosotros.

- Venga hijo, ¡no seas tímido! Ven aquí con nosotros.

Repentinamente se hace un pasillo entre toda la masa de gente por donde pasamos durante unos interminables segundos y llegamos a donde se encontraba su padre. Saludo a sus padres educadamente con dos besos y me situo a un lado agarrada de la mano de Bruno. Trás un pequeño discurso corta una cinta que cubría la puerta e así inaugura el lugar.

- No sabía que tu padre... fuera... tan importante- digo a Bruno mientras entramos.

- Oh, no lo es, simplemente le gusta hacérselo.

Ambos reimos y nos damos un paseo observando las obras.

- Esta es sin duda mi favorita- señalo un cuadro tras terminar el recorrido.

Noto la aproximación de alguien hacia nosotros.

- Hijo ¿por qué no nos presentas debidamente?- aparecen sonrientes los padres de Bruno.

- Sí. Ehh... Cata, estos son mis padres, papá, mamá, esta es Cata.

- Encantados Cata, ¿te está gustando la galería?- saluda su padre.

- La verdad es que sí. Precisamente le estaba contando a Bruno que esta es la obra que más me ha gustado.

- Pues debo decirle señorita... que usted tiene muy buen gusto- me dice divertido.

- No empieces papá...

- Este cuandro lo pinté en un viaje a Haití. Simboliza toda la alegría que había en el hambiente, a pesar de el sufrimiemto por el que estaban pasando.

- Papá no le importa...

- Oh no, sigue por favor- interrumpo intentando ser amable.

- Bueno, en realidad no tiene mucha mas historia... y no te quiero aburrir.

Continué hablando unos minutos con su madre, quien iba impecablemente vestida. Sus padres eran muy amables.

- Siento haberte metido en este rollo...- se disculpa Bruno avergonzado.

- No te preocupes, de verdad, me han caido muy bien tus padres.

- Creo que tú les has caido mejor...- dice entre risas.

Un camarero nos ofreze comida y bebida.

- ¿Licor de melocotón?

- No, gracias- respondo amablemente.

- Oye.. Cata- se acerca hacia mí- ya son las 11 y... no olvides que tengo una sorpresa.

- Pués no entiendo que hacemos perdiendo el tiempo de esta manera...- contesto juguetona.

Me coje de la mano y salimos del lugar entre toda la gente. Caminamos un tiempo por la calle desierta agarrados de la mano.

- ¿Sabes? No deberíamos haber rechazado el licor de melocotón. Tenía buena pinta.

Ríe ante mi comentario y me besa en los labios.

- Tengo algo mejor para tí- me susurra pegado a mí.

Continuamos caminando por el centro de la ciudad.

- Ahora no debes mirar.

- Bruno me asustas.

- Confia en mí.

Cierro los ojos y me conduce cogiéndome de la cintura con una mano, y tapándome los ojos con otra. Andamos durante dos minutos y siento como entramos a un edificio. No se olle ni una voz. Cogemos un ascensor que no tarda en llegar.

- ¿Ya hemos llegado?- pregunto al salir.

- Ten paciencia...

Subimos un par de pisos en escaleras. Escucho el sonido de una puerta abriendose. Pasamos la puerta y noto una fresca brisa que haze que me entre un escalofrio.

- Ya está casi.

Me situa en un punto fijo y me aparta la mano de los ojos.

- Ya puedes mirar.

Abro los ojos atemorizada por lo que pudiera encontrarme. Me quedo unos segundos sin respiración. No tenía palabras siquiera para describir lo maravillosa que era esa imagen. Era... era...

- Increible.

Y sin mas descripción me lanzo sobre él y le doy un fuerte beso en los labios. Un beso muy largo e intenso.

Frente a mí me encontraba toda la ciudad a mis pies. Estábamos en la azotea de un edificio en el centro, donde se observaban todos y cada uno de los lugares de la ciudad. Esa noche de sábado era mágica. Los locales estaban llenos y todas las luces de diferentes colores estaban encendidas. Detrás de mí había un colchón cubierto por una sábana limpia. Se gira hacia mí y me muestra una cesta.

- Bodka y aceitunas. ¿En serio?- le digo sorprendida con una sonrisa.

- ¿Quieres o no quieres?

Nos tumbamos en el colchón y nos servimos en un baso.

- Bruno esto es...

- No hace falta que digas nada.

Se acerca hacia mí y me da un beso que me aseguro, será inolvidable. Me tumbo encima suyo mientras nos besamos. Pasa sus manos por todo mi cuerpo. Le paso la mano por el pelo. Me coje de la cintura y sus manos, poco a poco, van descendiendo, hasta llegar a mis nalgas. El beso continúa con pasión. Noto un bulto en la zona de su entrepierna contra la mía. Su miembro estaba totalmente erecto. Estaba muy cachonda, y él también.

- Bruno- le hablo mientras comienza a besarme el cuello- ya llebamos más de un més y...- sus besos me llenan de placer- y... ambos nos queremos y nos atraemos...

- Lo dices por... lo del trato...- dice sin dejar de besarme el cuello.

- Sí. Creo que... si de verdad nos queremos... y...

- ¿Estás segura que quieres?

- Por supuesto.

Continuamos besándonos y Bruno hace que nos incorporemos, de manera que acabamos sentados, con mis piernas sobre las suyas. Se quita su americana y la lanza por los aires. Me agarra el rostro con ambas manos y mientras el beso continua, le desabrocho los botones de la camisa. Ya se me había pasado el frio con ese hambiente. Le acaricio el torso y el abdomen, y le quito la camisa pasando mis manos por sus musculados brazos. Me agarra del top verde de encaje y me lo quita, al igual que mi sostén. Me lo desabrocha, y se deshace de él muy sensualmente. Me levanto del suelo y me quito los zapatos, y después el pantalón acompañado de un pequeño pero sensual movimiemto. Mientras lo hacía él me miraba con sus ojos de enamorado. En ese instante, yo era la mujer mas feliz de esa ciudad.

Diario de Cata- sexo y otras drogasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora