Capítulo 11

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Desperté, no sentí mi frazada enredada en mis alas, ni a Sun gritando "¡Despertó...!" a los cuatro vientos y a mis tres amigos.

Hasta que caí en la cuenta de que 1_ No dormí en mi apartamento y 2_ No estaba en condiciones para pensar idioteces.

Salté de golpe y abrí los ojos. Era residente del country de celdas denominado por mí "Somos anti-calor y no nos importa que los parte humanos estén regando sudor".

Cuatro estrellas por la suciedad, tres por la comodidad, dos por no tener ventilador, una por no tener sábanas, y ninguna por la condición.

Miré alrededor, para mi suerte, no estaban mis amigos. Soplé un poco más aliviada, y sequé el sudor de mi frente.

¿No tengo el poder del aire acondicionado personal? Me serviría de mucho.

Ahora mismo quiero encontrar a Felix, a Len, a Maxi y a Sun.

No tengo ni cuchillos, ni armas de fuego ¡El cinturón!

Tomé la hebilla y empecé a cortar. A los cuarenta minutos logré cortar un barrote, con que pasen mis tetas, bastaba. Me lo puse y, a duras penas, salí. Caminé por las celdas, pensando, ¿Por qué no castigaron al resto de mis amigos? ¡Ya sé! Seguro Felix era el primero, y, al proponer el trato, pararon.

Pero Maxi sabía...

Paré de pensar, había una puerta enorme, de casualidad, abierta.

Al pasar, vi la peor escena de mi vida.

Muchos demonios, en un estadio vigilado por otros demonios musculosos. Todos observando seriamente el espectáculo de Len, en una guillotina*.

-¡Paren!-Grité. -¡Dije que a mis amigos no!

Todos voltearon a verme, incluido Len.

-¡Vino la híbrida!- Saludó no muy amablemente el estúpido rey del infierno.

-¿Y Dios?-Pregunté.

-En su oficina.

Allí apareció en mi mente la imagen de la peluca en los suelos. Lo sabía.

-No está enterado de nada ¿No?

-No. -Sonrió. -Digamos que mis súbditos hacen mucho por mandarlos al reino estúpido de los angelitos.

Hicimos una guerra de miradas de diez segundos, yo con odio y él, burlón.

-Teníamos un trato.

-Sí, dijiste que a tus amigos no. Y él mismo- Señaló a Len.- dijo que no era tu amigo, si no, tu compañero.

Len me miró, por primera vez en semanas, triste. Era cierto.

Ví el cable del reemplazo del reflector, que ésta vez es una cámara, y me alegré internamente. Volví la mirada hacia el único que se interpuso en mi camino, y al que pienso quitar de él.

— Eso lo dice él, pero yo pienso otra cosa, y el trato fue conmigo, sucia rata.— Repliqué.— Pero si quieres cambiar las cosas, es un hecho. Si gano, me dejas tu reinado, y a mi amigo.

— ¿Y si pierdes, pequeña niña?

— Me metes a mí en esa guillotina.

Y se hizo el silencio. Hasta que Satán decidió hablar.

— ¿Y en qué exactamente me debes ganar?

— Dime cuántas palabras tiene "Ésta promesa"...

— ¿Sólo eso? Já, ve metiendo la cabeza donde la tiene tu amigo, ya que tiene dos palabras, pequeña estúpida.

— Creo que de estúpida nada, ya que "Ésta promesa" sólo tiene una...

Tiré la cámara hacia la guillotina, encajando justo en medio, y dejando que Len escape.

— ...¡Y es la mía!

Escuché a Len decir "Rapedux", me cargó, y volamos, al menos por un pequeño momento.

— Muy astuta, Free, pero te olvidaste de que soy el rey de los demonios, y que yo conozco todos sus poderes.

Y en eso, ya estaba frente a nosotros. Len intentó en vano escapar, con mi mano agarrada, pero Satán lo agarró antes, y lo puso frente a mí.

— Ahora sabrás lo que es perder algo.

Y con estás palabras, le arrancó sus cuernos, y Len, mi maestro, mi mesías, casi como mi padre, cayó al vacío del infierno.

Lágrimas cayeron, pero yo no pensaba caer con ellas.

Lo encaré, con unos ojos de los que puede desprender fuego fácilmente, y pronuncié unas palabras poderosas.

— Gotexicus...

Sentí como si estuviese en un ritual. Sentí ésa electricidad que recorre mis venas, y que me hizo caer un par de veces. Ésa electricidad, que me hizo fuerte.

—Invisivilaty... Fortemus...

— ¿Qué haces, niña?— Empezó, retrocediendo, Satán.

Me empezó a doler la cabeza, pero, a diferencia de antes, me gusta éste dolor.

— ¡Rápedux!

Y, apenas activé éste poder, le dí un golpe en la cara, que lo mandó mucho más lejos que a Len.

— Tú también debes aprender, maldito bastardo.

Y, dichas ésas palabras, caí al oscuro vacío del infierno.

Ok, sé lo que dije, no me maten.

Pero quiero cambiar ese "Cancelada" a "Terminada" ¿Les parece?

No me gusta cancelar proyectos, y menos uno con tantas oportunidades como éste.

Oficialmente, éste es el último capítulo, y en un momento, el tan esperado epílogo.

Espero que estén de acuerdo conmigo.

Su apoyo me sería de lo más inspirador ¡Gracias!

Atte. Blue.








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