Llegué a casa agotada.
Con la camiseta del gato negro manchada, con un montón de debres y con una nota en la agenda que mi queridísima profesora de literatura se había encargado de escribirles a mis padres informándoles de lo torpe y desobediente que era su hija y de que una vez más, había olvidado hacer los deberes.
Nada más entrar pegué un grito avisando de que ya estaba en casa y mi madre me gruñó que no debía gritar, que parecía mi tia Gloria cuando lo hacía.
Después de recibir unas cuantas críticas de su parte por mi camiseta manchada y mi pelo alborotado, subí a mi habitación.
Me desprendí de mi vestimenta y con la ropa interior y los calcetines, uno de cada color, me dejé caer boca arriba sobre mi cama.
Cerré los ojos y comencé a pensar.
Primero pensé en por qué todo el mundo me decía que vivía en las nubes...¿Como sería tocar una? Siempre he tenido la curiosidad de saber como se sentiría. ¿Serían esponjosas?...No lo creo.
Después mi cabeza voló hasta la nota en la agenda, sabía que me llevaría una gran reprimenda por parte de mi padre cuando bajase a comer. Él siempre le daba demasiada importancia a los estudios.
Y no digo que no sean importantes pero, todo el mundo sabe que la mayor parte de las cosas que nos enseñan en el colegio, se nos olvidan al acabarlo. Y solamente nos acordamos de lo que verdaderamente tenemos ganas de aprender, que no es mucho.
Y sinceramente, muchas de las cosa que nos enseñan no nos sirven para nada más que para ocupar espacio en nuestra mente. Espacio que podríamos llenar de recuerdos o de letras de canciones.
Oh, como amo la música.
¿A ti también te gustará? Pensé en que tipo de música podría gustarte.
Si serías de rock o de pop. O si más bien prefirieses el indie como yo.
Y eso me llevó a pensar en ti de nuevo.
Y en que mientras yo me pasaba prácticamente el día en las nubes, pensando en tu sonrisa y en tu pelo y en tus ojos y en tu risa...tú probablemente no sabías de la existencia de mi persona en el mundo.
Y eso en parte me ponía triste. Porque de verdad me gustaría que nos conocieramos. Pero por otra parte me hacía feliz. Me encantaba observarte en secreto.
Era grandioso ver como actuabas sin que te dieras cuenta de que te estaba mirando.
¿Sabrían las nubes que tú eres mi secreto?
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A messy girl
Teen FictionUna historia un tanto difetente. Desordenada, perdida entre divagues, frases que empiezan y que no tienen final, sonrisas y miradas en el aire... Y es que no es posible que Dylan cuente algo en condiciones, ella siempre está algo despistada, pero es...