¿Armas nucleares?

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El Capitán América se había quedado bastante sorprendido con la conversación que mantuvo el día anterior con Banner y Stark. Estaba claro que S.H.I.E.L.D ocultaba algo, él mismo se lo había planteado antes de aceptar entrar en la iniciativa Vengadores. Las preguntas eran qué ocultaba la organización y, en el caso de que la respuesta fuera afirmativa, dónde lo ocultaba.
Estaba claro que preguntándole a Furia no sacaría nada claro, en eso estaba de acuerdo con Stark. Así que decidió ir por su cuenta, al igual que el hombre de metal. Sabía que él ya estaba buscando todo lo necesario para destapar los trapos sucios de S.H.I.E.L.D, pero la espera se le estaba haciendo eterna y no podía esperar más. El día anterior hacía encontrado un misterioso almacén secreto que no pudo examinar debido a que estaba custiodiado por unos soldados, pero aquella mañana estaba dispuesto a hacerlo.
Se levantó temprano cerciorándose de ese modo que ningún otro soldado podía estar guardando la entrada a aquel lugar. Y se encaminó tras lavarse y ponerse su traje de Capitán hacia allí. Por el camino se encontró a Furia, quien lo saludó efusivamente. Steve disimuló sus sospechas y se deshizo de él diciéndole que iba a entrenar. Suspiró aliviado al ver que su jefe no se ofrecía a acompañarle hasta el gimnasio.
Tras esa pequeña conversación que tuvo con el espía, volvió a centrarse en su destino para no perderse. Y dos minutos después, encontró la sala que estaba buscando. Efectivamente, ninguno de los dos soldados de la puerta parecía haber comenzado su turno pues ésta solitaria, sin nadie. Se acercó al manillar e intentó abrirla, pero estaba cerrada con llave. La puerta era de acero, así que pesaría bastante pero no le quedaba otra opción. Apoyó su hombro derecho sobre la puerta, cogió con su mano el manillar mientras que con la otra hacía fuerza algo más abajo y empujó hacia atrás con todas sus fuerzas. Cerró los ojos y se encorvó. Estuvo así varios segundos hasta que la puerta cedió haciendo sonar un "clak". Se separó unos centímetros y apoyó sus manos en la zona por la que se abría, volviendo a hacer fuerza y a empujar hacia atrás. Consiguió arrastrar la puerta hasta dejar un espacio por el cual podía pasar.
Entró en la sala algo cansado y cerciorándose antes de que no había nadie por los alrededores. No se molestó en volver a cerrar la puerta, pues así sólo perdería tiempo. Era una sala amplia, con unas escaleras que llevaban a una zona más altas. No había mucha luz, pero Steve pudo identificar varias cajas de gran tamaño ordenadas y esparcidas por todo el lugar. Anduvo un par de metros, pero se paró en seco al escuchar una voz. Miró al lugar de donde provenía, pero no vio a nadie. Esperó algunos segundos por si volvía a hablar, pero no lo hizo.
De un salto, se colgó de la barandilla de la zona de arriba. Paró sus piernas por encima de ésta y las posó sobre el suelo de metal de un pasillo. El metal resonó un poco, Steve se quedó quieto unos segundos y continuó andando hasta llegar a una puerta que conducía a otro cuarto con más cajas de diferentes tamaños y ordenadores. Se acercó a dos de las cajas y las abrió, para su sorpresa no estaban cerradas con llave. Volvió a mirar a los lados temiendo que hubiera alguien cerca.
Steve examinó el contenido de éstas y se sorprendió al ver que había armas y armaduras perfectamente fabricadas para impedir que nada las perforara. En la zona interior de cada tapa había una pegatina donde se explicaba el contenido y su funcionamiento.Steve lo leyó abriendo mucho los ojos sorprendido. Aquello eran armas nucleares que S.H.I.E.L.D estaba preparando con el núcelo del Teseracto.

Thor y Brooke salieron de la sala de descanso tras despedirse con una sonrisa y un "hasta luego". Thor se dirigió como le había pedido el soldado hacia la sala de control. Aquella charla con su nueva amiga le había reconfortado bastante, ahora se sentía más a gusto allí, ya no se encontraba tan solo ni tan extraño como antes. En uno de los relojes de los laboratorios pudo ver que eran las nueve la mañana. Supo leerlo pues Jane se lo enseñó la primera vez que apareció en Midgard.
Tras unos minutos caminando por los pasillos y perderse un par de veces, consiguió llegar a la sala de control. Para su alivio Furia aún no estaba allí, con lo cual no sólo él llegaba tarde. Sin embargo, Coulson si estaba allí hablando con varios soldados mientras examinaba una pantalla de uno de los ordenadores. Al caer en la cuenta de que el dios del trueno ya estaba allí, le hizo un gesto para que se acercara. Thor obedeció bajando rápidamente las escaleras que llevaban a la zona inferior de la sala y acercándose al lugar donde se encontraba el agente. Éste se había apoyado sobre la mesa y señaló la pantalla de ordenador. Thor se sorprendió al encontrar allí una foto de Jane. Se asustó pensando que le había ocurrido algo.
-En cuanto Loki se apoderó del doctor Selvig, pensamos en Jane Foster -comenzó a explicar Coulson-. Tienen un observatorio excelente en Thompson. Allí de pronto le ofrecieron trabajar allí como consultora -miró a Thor y después clavó su vista en la pantalla-. Una buena paga, un avión privado... Queda muy apartado. Estará a salvo.
-Gracias -dijo Thor con semblante serio, pero agradecido-. Loki no ha cogido por casualidad a Selvig, debo saber qué planes tiene para él. Erik es un buen hombre.
Coulson dejó de apoyarse sobre la mesa y se levantó para andar unos pasos junto a Thor, que le seguía.
-Él habla mucho de ti -le confesó al dios-. Tú cambiaste su vida, lo cambiaste todo por aquí.
-Estabais mejor antes. En Asgard aparentamos estar más avanzados, pero venimos aquí peleado como chochas de agua -exclamó indignado-.
Coulson se paró confuso y se giró para mirar más detenidamente a Thor.
-¿Como qué?
-Chocas de agua, grandes, enormes, con escamas, grandes cuernos -trató de explicar él haciendo gestos con las manos-. ¿Aquí no las hay?
-No creo.
-Pues son repugnantes, y lo aplastan todo a su paso -Thor se acercó dando un par de pasos al gran ventanal. Miró al exterior apenado-. Cuando llegué a la Tierra, la furia de Loki me siguió hasta aquí y vuestro pueblo lo pagó, y ahora otra vez. De joven yo perseguía la guerra...
Furia lo interrumpió apareciendo detrás de él.
-La guerra aún no ha comenzado. ¿Puedes lograr que Loki nos diga dónde está el Teseracto?
-Yo no lo sé. Loki tiene la mente turbada, no es sólo el poder lo que ansía, es la venganza sobre mí. No hay dolor que pueda arrancarle esa necesidad.
-Muchos piensan lo mismo -dijo el espía acercándose más a él- hasta que empieza el dolor.
-¿Qué me pides que haga? -le preguntó el dios-.
-La pregunta es: ¿tú qué estás dispuesto a hacer?
-Loki es un prisionero.
-¿Y por qué tengo la sensación de que es el único que quiere estar en esta nave? -volvió a cuestionarse Furia-.
Thor lo miró un par de segundos antes de bajar la mirada sin saber qué responder.

Una nueva vengadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora