Nuevas amenazas

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Furia continuaba en la sala de control, intentando ayudar a los soldados a arreglar el desaguisado que Barton había organizado en la base. Dio la voz de alarma a todos los Vengadores, y dio órdenes a cada uno de ellos. Tan sólo quedaba Hill por trabajar.
-Con un destacamiento evacúen el andar inferior -le pidió a la agente, que cruzaba la sala decidida-.
Hill tenía un par de rasguños en la cara, pero ninguno era importante. Anduvo hasta la puerta de la sala, que estaba entreabierta, cuando vio que desde la misma aparecía rodando un objeto metálico y ovalado. Los primeros segundos lo miró con extrañeza, sin saber qué era. Después, levantó la vista viendo a un enemigo aparecer por el pasillo que daba a la entrada de la sala.
-¡Granada! -gritó mientras intentaba echarse para atrás-.
Sin embargo, fue demasiado lenta y la fuerza de la explosión la lanzó unos metro más para allá dándose con uno de lo monitores. Cuando levantó la mirada antes de incorporarse, notó que un líquido caliente y espeso caía por el lado derecho de su cara. Se llevó una mano a la zona afectada y al quitarla pudo ver sangre en ella.
-¡A cubierto! -escuchó gritar a uno de los hombres-.
Furia se giró rápidamente, viendo como Maria se hallaba en el suelo y como se incorporaba poco después. Miró hacia la puerta para ver a dos soldados enemigos cerca de la entrada. Cogió su pistola del cinturón con las dos manos y la bajó mientras corría a enconderse tras una pared. Vio entrar a los dos hombres con sus armas, y atacó al segundo con su propia arma para después utilizarla para disparar a su compañeros. Los dos se quedaron tendidos en el suelo. Hicieron varios amagos de volver a levantarse, pero el espía se encargo de darles los puñetazos y patadas suficientes para volver a tumbarlos.
Cuando levantó la vista, se encontró con otro enemigo dispuesto a dispararle en la puerta. Éste lo hubiera hecho de no ser porque Hill fue más rápida y lo disparó en la cabeza. Furia se incorporó y mirando agradecido a la agente, encendió su micrófono.
-Negriz, el Capitán y Iron Man se las pueden apañar solos. Acompaña a Coulson a la celda de Loki.
-Entendido.
Mientras tanto, Coulson se dirigía al lugar que le habían ordenado y en por los altavoces anunciaban la entrada de un enemigo vestido con el uniforme de S.H.I.E.L.D en la base. Pedían a cada uno de los soldados que se mantuvieran en sus puestos.
-Tenemos a Hulk y a Thor en el nivel cuatro -escucharon Furia y Hill desde la sala de control-. Niveles dos y tres a oscuras.
Al parecer el dios estaba teniedo serios problemas para vérselas con el monstruo. Había estado a punto de pararle los pies en dos ocasiones, pero mientras tanto Hulk no hacía más que destrozar laboratorios y almacenes.
-Señor, Hulk va a hacer pedazos todo esto -le gritó Hill a Furia escondida detrás de un escritorio y disparando a otro soldado enemigo-.
-Llamé su atención -le pidió él disparando también-.
Maria se volvió a agachar y encendió su micrófono. La sangre de la brecha se estaba secando impidiendo que saliese más. No podía moverse demasiado rápido porque sino se mareaba.
-Escolta 60, diríjase al Wisvon y ataque al enemigo -le ordenó a uno de los pilotos de su flota-. No se acerque mucho.
-Recibido -pudo escuchar de vuelta por el pinganillo-.
El piloto dirigió rápidamente el quinjet hacia la zona de la base donde supuestamente se hallaba Hulk. Pudo ver por los ventanales de los laboratorios como el monstruo lanzaba cosas a todos lados sin ton ni son, incluido Thor. Gritaba y hacia chocar sus puños con todo aquello que se le cruzase por el camino. Se levantó la visera del casco y enfocó el objetivo. El soldado, comenzó a disparar hacia Hulk rompiendo en mil añicos el cristal. Éste, que acaba de tirar al suelo a Thor, al principio no notó nada impactando sobre él.
El dios al ver que el avión les estaba disparando se apartó lo antes posible del centro del laboratorio, con cuidado de tampoco hacerse daño con los cristales rotos del suelo. Después, el monstruo comenzó a notar las balas sobre él y se giró gruñando e intentando esquivar con sus manos los disparos. Estaba furioso. Se fue acercando hacia el lugar donde debería estar el cristal y se lazó al abismo. El piloto abrió mucho los ojos, pero no dejó de disparar.
-Blanco furioso, blanco furioso -acertó a decir antes de que Hulk llegase al quinjet-.
El monstruo se posó en la parte de arriba del quinjet y rompió después de varios golpes el cristal de la cabina del piloto, que perdió el control del aparato. El aviópn, que echaba humo, daba vueltas sobre sí mismo sin ton ni son. Hulk continuaba dando golpes, y antes de que el piloto pudiese desaparecer con el paracaídas, él intentó matarlo agarrando su asiento. Finalmente no fue capaz y lo dejó caer para que pudiera salvarse con el paracaídas. Poco después, el quinjet explotó y Hulk salió volando por los aires. Un vengador menos.
Los soldados habían logrado mantener a flote la base durante más tiempo, de tal forma que parecía que los soldados de S.H.I.E.L.D comenzaban a igualar a los enemigos. Hill y Furia continuaban disparando a todos aquellos que se metían en la sala de control. En el motor 3, el Capitán y Iron Man estaban intentando arrancarlo y parecía que poco a poco lo estaban consiguiendo. Mientras, Negrix avanzaba por la base intentando llegar a la base de Loki, pero por el camino se había encontrado con varios enemigos que habían tratado de impedírselo.
Furia vio como Barton volvía a apecer en las ventanas del pasillo que daban a la sala de control. No tenía sentido que hubiera vuelto allí, debería estar tratando de salvar a Loki de su celda. Furia le disparó de nuevo, fallando y dando a la pared. Ojo de Halcón lanzó otra flecha alcanzando otro ordenador. No había conseguir echar abajo la base a la primera, tenía que volver a intentarlo.
-Descenso incontrolado, descenso incontrolado -advirtió uno mientras tecleaba incasablemente intentando hacer algo de provecho-.
Los soldados no podían hacer nada a esta nueva entrada en el sistema operativo.
-El motor 1 ha dejado de funcionar -anunció otro grito-.
-Perdemos altura.
La nave volvía a caer en picado. Los soldados continuaban intentando arreglar y desactivar el virus que Barton había introducido en la red, pero les era imposible.
-Es Barton -comunicó Furia por el micrófono al resto del equipo-, ha anulado nuestros sistemas. Se dirige al nivel de detención, ¿alguien me recibe?
-Aquí la agente Romanoff, le recibo.
Natasha trataba de recuperarse del golpe de Hulk, y tras escuchar a Furia y el nombre de Clint se dirigió al lugar que su jefe había mencionado.
-Stark, perdemos altura -le recordó Furia a Iron Man, que se hallaba aún en el motor 3-.
-Sí, ya lo veo.
Iron Man estaba dentro del motro, entre dos de las aspas intentando moverlas para que se pusieran en marcha. Empujó con fuerza una de ellas hasta conseguir que cediera y comenzaran a dar vueltas. El Capitán le cubría la espalda desde el mismo lugar de la palanca. Varios soldados enemigos habían intentado llegar hasta Stark. Él lo había impedido. Sin embargo, ahora que la nave empezaba a ladearse de nuevo, tenía serios problemas porque ya no tenía donde sujetarse y estaba tendido de un cable y a punto de caerse al vacío.

Una nueva vengadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora