Parte 2

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Yaicón Treviño era un hombre muy alto, sus cabellos pulcramente cortado, negro y entreverado por las canas naturales decoraban su cabeza dándole una personalidad de dureza y madurez, él a sus treinta años viudo, no quería tener ningún tipo de relación amorosa, su corto matrimonio lo había dejado marcado. Se había casado muy enamorado con su novia de la juventud, pero la dura separación, cerro y endureció el corazón de él.

Llego a la mansión de sus padres, y lanzando un suspiro, por lo general siempre terminaban peleándose porque él viejo siempre lo quería ver acompañado con alguna mujer o tal vez con su prima Mariela, lo que él quería, era que ellos se casaran para él le diera descendencia, verla antes de morir, como el viejo lo decía.

El renuente a volver a casarse, se negaba y terminaban en pelas siempre, y ese día sería como los otros.

Bajo de su jaguar negro después de haberlo parqueado y desde lejos vio a la despampanante Mariela, efectivamente era muy bella, era una rubia, tenía veintiocho años y estaba lista para el matrimonio y ella atesoraba la idea de casarse con él.

¡Cariño! __ saludo la madre de Yaicón besando la mejilla __ cariño que hermoso estas, ¿vienes solo?__ dijo mirando a ver si traía compañía.

Hola madre__ la beso y abrazo. La ternura en él afloro__ ¿Cómo ha estado mi princesa? __ dijo mientras caminaban abrazados y besando los canosos cabellos de la mujer que lo miraba con adoración. __ No,  vine solo, como siempre.

¡Yaicón! __ Se acercó Mariela con paso de pantera grácil y sensual y le planto un beso en la boca__ ¿Cómo has estado? __ Su voz era melosa y enseguida se enganchó en el brazo de él, mostrando su posesividad delante de los invitados.

¡Bien, prima!__ dijo de manera seca y fastidiado por la lisura de la mujer que no disimulaba que estaba en plena cacería y él era el codiciado trofeo.

Mamá, ¿dónde está papá?__ pregunto, quitándose a Mariela de encima__ voy a saludarlo.

En la oficina, te está esperando, necesita hablar contigo, antes del almuerzo__ le dijo amorosamente.

El entro a la sala de la mansión y se dirigió a la oficia del viejo, con pasos grandes__ ¡Hola viejo! __ dijo amorosamente, él idolatraba a su padre, lo consideraba un hombre valiente y de honor, por él haría lo que fuera, lo amaba demasiado.

¡Hola, mi hijo!__ lo saludo suspendiendo lo que hacía en los documentos que escribía y lo abrazó y besó alegre por verlo__ por favor siéntate necesito hablar contigo__ dijo con formalidad y ambos se sentaron uno frente al otro interponiéndose el escritorio, que estaba lleno de documentos.

¿Pasa algo? __ Yaicón miraba concentrado las facciones de su padre no le gusto la apariencia de él, se veía cansado, agotado, __ ¿Viejo te sientes bien?

Si mijo, no te preocupes __ suspiro __ es la edad, me siento muy cansado __ Yaicón quiero pedirte algo, pero quiero que me contestes con sinceridad, sí o no

¡Claro papá!__ dijo preocupado, veía a su padre muy desmejorado y con ojeras__ dime lo que deseas__ le sonrió. Y pensó que lo que él le pidiera no era nada con tal de verlo feliz y tranquilo, quería que su padre estuviera mucho tiempo con él. Por él haría lo que fuera, se lo juro así mismo.

Hijo, me siento muy cansado, y el médico me recomendó reposo absoluto__ dijo y le entrego unos documentos __ aquí tienes todos los documentos de la empresa, y de nuestras propiedades quedamos en tus manos__ le sonrió y sus ojos brillaban del inconfundible amor.

Pero, papá no exageres, solo descansa__ no le gustaba esa actitud de su padre era como de derrota.__ No tienes que entregarme todas tus posesiones, tenemos muchos negocios, en los que solo tú me serias útil__ le decía para levantarle el ánimo.

¡Dame un hijo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora