El tiempo pasa y los malestares no han dado descanso a Karen, los vómitos matutinos que ahora ya pasan por las tardes la tiene con cambios brusco en su mal humor.
Momentos de alegría, tristeza, preocupación, su vida parece estar montada en una montaña rusa, por lo vertiginosa y lo que más le molesta es no tener el control de ella.
Su padre no le habla, está enojado porque ella se negó a casarse con Yaicón y este parece molesto con ella y no ha podido saber el porqué de su enojo.
Después de llegar del baño, que es el lugar que más visita llega a su escritorio comienza a organizar unos documentos, para el señor Gonzales, el cual le dijo que podía irse a casa, pero ella se rehusó a usar tal privilegio. No se veía encerrada en el apartamento de Yaicón todo el día, sin hacer nada, o era eso lo que ella pensaba.
¡Karen! __ la voz enfurecida de Yaicón __ sabes que tienes que cuidarte, y si te quedas en casa, puedes organizar la habitación del bebe __ fue lo que dijo al tratar de convencerla de que no fuera a trabajar más, que en vez de eso se quedara cuidando y preparando las cosas del bebe.
¡Hola! Karen __ la saludo Margot que llegaba en esos momentos a su oficina __ ¿Cómo van esos malestares? __ la miraba y le sonreía.
¡Bien! Creo __ le sonrió __ pero es demasiado duro.
Si pero son los tres primeros meses, después todo se vuelve calma, hasta el momento del nacimiento__ le entregaba unas llaves.
¿Y esto? __ las miraba con curiosidad.
Bueno, el señor Treviño, no me las ha vuelto a pedir, por eso te las entrego __ revisaba unos documentos, que estaba en el escritorio de Karen __ Esas son del apartamento.
Karen, no entendía lo que ella le quería decir, pero como siempre se hacia la loca __ ¡Ha, ya! ¿Y cómo quedo? __ pregunto para ver que le decía su amiga.
Bueno, yo creo que bien, se hicieron los arreglos que él pidió __ dijo despreocupada __ Espero, por su bien que todo le salga bien, se lo merece__ dijo de manera pensativa __ él es un buen hombre, y la vida lo ha golpeado muy duro, pero gracias a ti él es otra persona__ le sonrió __ Bueno, amiga, nos vemos.
Ah, Margot, perdona pero yo no he ido al apartamento y para el colmo perdí la dirección que él me dio, ¿Me la podrías anotar? __ la miro con cariño.
¡Claro! __ tomo el papel que Karen le daba y anoto la dirección __ Bueno sino es más nos vemos a la hora del almuerzo.
¡Ay! No voy a poder, tengo un compromiso, de verdad lo siento __ se disculpó.
La vio alejarse y comenzó a mirar la dirección, era en un barrio no muy lejos donde ella estaba ahora, podría ir a la hora del almuerzo y ver el apartamento.
La curiosidad mato al gato, dice el adagio, pero ella necesitaba saber, aunque lo que descubrirá le hiciera daño.
Decidida tomo un taxi que la llevo hasta el lugar indicado, con el corazón a un millón por revoluciones se acercó a la puerta y lentamente abrió.
Era un apartamento preciosísimo, amoblado y por lo que veía estaba bien cuidado, no había rastros de polvo o de alguna suciedad, se notaba a simple vista que lo mantenía organizado.
Llego a una sala donde se encontraba un hermoso juego de mueble de color miel y en el piso una alfombra marrón con figuras geométricas en blanco.
Paseo rápidamente la vista y un pequeño ruido la sorprendió, sentía que el corazón latía desbocadamente y coloco su mano sobre su garganta para ahogar el grito que -estaba por escapar de ella.
ESTÁS LEYENDO
¡Dame un hijo!
RandomLa petición amorosa de su padre pone a Yaicón Treviño a tomar una decisión que lo llevara por el camino del amor, al cual él ha decidido darle la espalda. La muerte de esposa en un accidente, lo dejo marcado para volver a tener relaciones amorosas...