Parte 11

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¡No quiero!__ Karen se resistía a los brazos que se cerraron en torno a su estrecha cintura, por los fuertes brazos de Yaicón __ Solo quiero irme.

No quiero que estés distanciada de mí, sólo quiero que llevemos esto en paz __ giraban mientras bailaban __ perdona por ser tan tosco contigo, es que es muy difícil para mí.__ mientras él le hablaba le acariciaba la espalda y subía sus manos hasta la nuca de ella, haciéndola estremecer de placer, sus manos habilidosas iban derribando el muro que Karen levantó para resguardarse.

Ella tragaba con fuerza el nudo que se le formo en la garganta, por las emociones que ella sentía en esos momentos, no quería que él se diera cuenta de sus sentimientos, que para su desdicha eran cada día más fuerte, no podría seguir con eso, era muy duro. __ Karen...__ Murmuraba al pie de la comisura de su boca, hasta que por fin él atrapo su boca, sumergiéndola en una onda de placer.

La otra parte que Karen la tenía  confundida era el temor de quedar embarazada, ella sabía que no sería capaz de dar a su hijo, decirlo a la carrera era muy fácil, pero el solo hecho de pensar de entregarlo y no volver a ver a un ser que salía de sus entrañas era otra la cuestión.

No hay problema, solo quiero que nos llevemos bien__ dijo después que él liberara su boca y así para quitarle la angustia que ella podía sentir en su voz.

Siguieron hasta altas horas de la madrugada, y Felipe y Yaicón habían bebido mucho, reían y Yaicón era muy cariñoso con Karen, la abrazaba, la besaba apasionadamente, ella trataba de manejar la situación porque se sentía avergonzada por las muestras de cariño tan apasionadas de él, delante de los otros, pero a todos y en especial a Mariela les quedo claro que entre ellos si pasaba algo y era muy profundo disgustando a Mariela y mucho.

Al subir a la habitación, él la miro con ojos brillantes, Karen nerviosa lo cuidaba, le quitaba la ropa pero el juguetón la besaba y entre caricias y caricias terminaron en la cama, desnudos haciéndose el amor.

¡Yai!__ gritaba de la emoción de Karen al llegar a la cúspide de su placer, pero se congelo al escuchar a Yaicón.

¡Kathy, perdóname!__ y se abrazaba fuertemente al cuerpo de Karen.

Un balde de agua fría cayó sobre ella, lo quito y él se descargó a su lado.

Lo siento, yo... Karen... yo__ se agarraba el cabeza, avergonzado.

No hay problema__ se levantó y se encerró en el baño y abrió la ducha y las gotas de agua se confundió con las lágrimas__ No hay problema, solo tengo que embarazarme o tal vez no. La mente de Karen comenzó a fraguar un plan, se cuidaría por un tiempo y luego diría que el médico diría que ella es infértil y se libraría de él.

Al día siguiente salieron en las horas de la tarde a la ciudad dejando a los señores Treviño muy alegres y con la promesa de que volverían muy pronto, pero el corazón de Karen era pesado y lleno de amargura.

El rostro de Yaicón era una piedra no dejaba salir ningún tipo de emoción, está en total silencio incomodando aún más a Karen.

¡Yai!__ comenzó como lo llamaba cuando estaban bien, ella comenzaría su plan no iba a detenerse__ me puedo quedar esta noche en mi casa __ le sonreía.

Él solo se limitó a conducir en silencio después de un largo rato __ ¿Tu casa? __ guardo silencio.

Si en mi casa, con mi papá y Ros__ miraba por la ventanilla, no quería mirarlo, el solo recordar la noche anterior, le dolía y mucho.

Tu casa es donde vivimos los dos__ corto __ y además te dije que no lo volvieras costumbre de ir a dormir por fuera__ su voz era dura y muy seca.

Sí, me lo dijiste, pero no veo nada malo que me quede por fuera de casa una noche, además__ guardo silencio.

¡Dame un hijo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora