Merry PizzaChristmas

9 días para PizzaChristmas

Dieciséis de diciembre. Justo dieciséis años tengo, en este momento mi vida podría cambiar, o puede que no. Ayer se me han puesto los pelos de puntas de solo pensar que Eve sabía que le gustaba, menos mal Tomás aseguro que era lo suficientemente ciega para darse cuenta. La verdad no sé como sentirme por eso: si bien porque aun mantengo mi secreto o empezar a preocuparme sobre las condiciones oftalmológicas del amor de mi vida. ¿He escrito el amor de mi vida? Si que estoy haciendo que esta no-relación marcha rápido. También he encontrado un regalo ideal para Emilia, estoy seguro que ha de gustarle.

Con mucha tristeza,

Vitae

—Vitae ven acá muchacho —me llamo el jefe.

—¿Si?

—He estado pensando en ti últimamente —¿Pensando en mi? Oh-oh

—Sí, y quita esa cara —soltó una carcajeada tocando su gran barriga —Has sido uno de los mejores empleados que he tenido, se que pronto dejaras de trabajar, y quiero darte esta cámara- me entrego una caja —He visto que te gusta tomar fotos, o solamente a Eve —me guiño un ojo—Así que quédatela, es como tu regalo de navidad

—Vaya gracias —tome su presente. Estudie sus palabras y me fije en una cosa: todos sabían de mis sentimientos por Eve, conclusión: Disimular más.

Luego de darme el obsequio, el palmeó mi hombro y continuo trabajando. Yo mientras me fui a cambiar otra vez por mi traje de santa y una vez más al espectáculo, pero esta vez no solo no trataría de defraudar a los niños, ahora haría un buen trabajo por los niños y por mi jefe; bueno en realidad haría un excelente trabajo por los niños, por mi jefe y por Eve. Y quien sabe, hasta haría un excelente trabajo por los niños, por mi jefe, por mi Eve y por si un cazador de talentos de Hollywood trae a su niño aquí.

Vaya que la navidad nos vuelve soñadores, lo peor de todo es que cuando se acaba también se lleva consigo las promesas incumplidas, propósitos jamás puestos en marcha y lo sueños rotos; sobre todo los sueños rotos.

Algunos Sueñan

Otros Viven.