Merry PizzaChristmas

21 días para PizzaChritsmas

Cuatro de Diciembre, no sé si te he comentado antes pero la navidad empieza desde el primero de este mes, de manera que hoy estamos al cuarto día de Navidad. Está claro que mientras más se acerca el día de la festividad más emoción siente la gente, eso es algo que jamás entenderé, la navidad es una época pero si buscas en el calendario es solo un día. Y si me preguntas a mí quizás uno muy malo. En el centro comercial han empezado a decorar con luces de muchos colores, y pinos sintéticos. La peor parte de los adornos creo que nos ha tocado a Tomás y a mí, nuestro jefe nos ha encargado desenredar un conjunto de luces que lleva sus buenos tiempos guardada.

Con mucha tristeza,

Vitae.

Bajé las escaleras, nos subimos a la camioneta rumbo al trabajo. Es impresionante que tan rápido hacemos rutina, pero hoy era diferente. He pasado desde el despertar en un estado de anestesia, y el analgésico que causa dicha anestesia es la euforia. Si, la euforia, esta tarde Roció hará con nosotros el sorteo del intercambio. Y eso me llena de mucha alegría.

Para tratar de acelerar la espera, he trabajado mucho más rápido que cualquiera, con el propósito de que se pasara el día a la misma velocidad. Un plan que no salió muy bien, puesto que las agujas de reloj no estaban a mi favor. Por eso termine estando libre dos horas antes de la salida, y como no podía irme tuve que quedarme sentado, lo que a simple vista no era malo. Lo malo era que estar sentado hizo que pensara, y por pensar me refiero a lo que pasaría esta tarde. De esa forma, se puede decir que de alguna u otra manera, tuve una tarde ansiosa.

Cuando iba atardeciendo y se hizo la hora de salir, fue el mayor alivio que sentí en toda mi vida. Por primera vez fui uno de esos caballos que corren con el viento, de la misma forma que mis compañeros salen del colegio cuando suena la campana. Cosa que nunca me había permitido hacer hasta ahora, y es bastante reconfortante, al regresar a clases me permitiré hacerlo más a menudo.

Cuando subimos de regreso en el vehículo, Eve tenía la misma emoción que yo, lo que me hizo sentir mucho mejor, no sé porque.

— ¿Estas emocionado? —dijo con la misma sonrisa que la imagino cuando sueño.

—Lo estoy, será nuestro primer intercambio.

—Si, me alegra que vivamos esto juntos. Como todas las cosas que hemos pasado. A veces creo que somos tú y yo contra el mundo Vitae.

— Lo somos— respondí, quizás debí haber dicho más.

Eve era la única que podría mejorar mi día con una palabra o un gesto. El día no había sido malo, pero había sido bueno y eso lo hizo Fantástico. Entonces quise ser en verdad el amigo secreto de Eve, me aseguraría que recibiera un buen regalo que la hiciera sonreír, de esas sonrisas que le salen del corazón.

Cuando llegamos al orfanato, nos cambiamos y cenamos. Luego de eso Rocío saco un sombrero de santa que tenía guardado desde hace años, cuando su hermano se disfrazo de Santa para Hallowen, anécdota que a Roció le hace mucho bien contar, ya que no ve a su hermano desde hace años. La razón aun es una parte de la historia que no conocemos.

En el gorro estaban los nombres de todos, incluyendo el de Rocío. Como directora de los niños abandonados supongo que también tenía el derecho a participar, luego de que supe que estaría en el juego considere pensar que sería mejor que ella le regalara a Eve, seguro ella podría darle un regalo mejor que el mío. Soy un chico egoísta, al final termine eligiéndome a mí por encima de Roció para dárselo, después de todo quien la conoce mejor que yo.

Cuando tome el papel del gorrito mire que había como una "E" marcada en el papel arrugado, mi corazón empezó a latir muy rápido. Luego de eso le dio un paro cardíaco al saber que me toco regalarle a Emilia, otra chica del grupo, la que me caía muy bien por cierto. De hecho, todos me caen bien, supongo que vivir situaciones comunes en un grupo de personas los hace conocerse mejor. Sin embargo yo quería regalarle a Eve. Puede que Roció fuera la que le diera un obsequio, pensar eso me hizo sentir un poco mejor.

Mientras dormía repase todo el día, y no pude evitar creer como fue un inocente al pensar que yo, Vitae, podría elegir el papelito que tuviera el nombre de a quien quería regalar. Yo el mismo que siempre le toca vivir, el lado poco visto y más triste de la navidad.

Algunos hacen amigos por elección.

Otros por las circunstancias.