2 días para PizzaChristmas

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Me dolían los pies, como si hubiese bailado en tacones. Pero nunca había bailado en tacones. Sonreí a penas recordé que baile junto a ella toda la fiesta. Su sonrisa, debió ser sincera, quizás Eve sea mi siempre algún día. Sentía un revoloteo en el estomago, debió ser hambre. Bajé y me bebí un jugo de naranja que había en el refrigerador junto con algunos panes duros que había en la cocina.

Me fije que el refrigerador estaba lleno de notas de los demás diciendo que iban a comprar sus regalos para el día de noche buena. ¡Vaya! Siempre todos dejan todo para última hora. Me senté un rato a solas y pensé mucho, pero no me gusta pensar a veces porque mis pensamientos se van a las cosas tristes, y prefiero alejarlas de mi mente.

Para despejar mi mente, que debería estar muy feliz porque ayer sostuvo la mano de Eve en seis canciones seguidas para ser exacto. Camine hasta el parque y vi como estaba solitario por el invierno, ya no habían niños corriendo con sus mascotas porque posiblemente se congelarían. Yo siempre llevaba mi abrigo vinotinto y gorro al salir para que el frió no se metiera hasta mis huesos.

Cuando estuve el tiempo suficiente ahí, decidí regresar porque ya era hora de volver. Seguro ya todos estaban en el orfanato.

Comencé a caminar, y a pensar en lo desafortunado que eramos. Porque no tocaba las peores navidades, se supone que deberían ser felices para todos por igual, no deberían existir preferencias en cuestiones de felicidad. Tal vez todos son tan felices como se lo permitan ellos mismos.

Me fijé que di con una pizzería nueva, y de repente la felicidad toco mi puerta.

Algunos no son felices

Otros deciden serlo



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