Capítulo III

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Se preguntarán donde me encuentro.

Es un lugar muy cómodo, la luz de las grandes ventanas resplandecen toda la habitación hasta llegar a mis mejillas haciéndome sentir con vida.

Estoy exhausto el excesivo afán de control, termina por descontrolar a quien lo padece, si, es muy probable que me vuelva loco. ¿Cómo podrías demostrar que todo esto no es una ilusión? ¿Nunca has tenido un sueño que pareciera muy real? ¿Cómo sabrías entonces diferenciar un sueño de realidad? Intento levantarme del diván, así poder observar a Johanna borronear su cuaderno.

- Ethan tienes que hablar en algún momento.

- Me perturba mi pasado solo eso-. Su expresión fue de total sorpresa, de ¿alegría?, eso será todo lo que diré por ahora.

- Oh pequeño, era lo que quería oír desde hace tiempo. No te aferres al pasado, el aferramiento es el origen fundamental de las demás perturbaciones mentales y de todos nuestros problemas y sufrimientos-. Se inclinó un poco más en la ergonómica silla así poder hablarme muy cerca.- Si llegaras a comprenderlo, te esforzarías por identificar, reducir y finalmente abandonar por completo esa ignorancia.

- Creo.... Creo que lo tomare en cuenta, ahora tengo que salir y encontrar un rico pastel.

- Ah casi se me olvidaba, feliz cumpleaños-. Extiende sus manos y me hace entrega de una pequeña caja.- espero que te guste-. Fue una sorpresa el abrir y encontrarme con una pequeña cadena, muy parecida a la que mis padres me habían regalado años atrás. No dude en ponérmela y salir a toda prisa.

Bajé lentamente las escaleras tratando de abrigarme antes de entrar en contacto con el frio clima de la ciudad, pero me detengo al percibir su olor, era su perfume y efectivamente lo encuentro sentado en la acera abrigándose con su acostumbrada chaqueta negra. Al verme se levanta limpiando su pantalón y sus manos me acorralan en la esquina de un edificio abandonado.

- ¿Qué haces aquí? Max ¿acaso me estas siguiendo?. las manos se elevan con fuerzas en la pared, era la primera vez que había tenido la iniciativa al hablar, se siente bien, él también se ve muy bien.

- Hola amigo-. Fuerza una sonrisa sínica, buscando algún punto por donde escapar.

Agacho mi cuerpo y salgo de su campo visual, escuchaba como pronuncia varias veces mi nombre pero prefiero ignóralo y seguir caminando hasta la pastelería más cercana, volteo y lo observo siguiéndome rápidamente.

Me cambio de acera e intento esconderme entre la gente, por suerte así no me encontrará. A lo lejos percibo el cartel de "Suani Bear", llegue a mi destino, solo tengo que entrar y esconderme de Max en los baños.

Se podían percibir muchos olores dulces, eso me encantaba, soy escoltado por todas aquellas personas que se avalancha sobre el mostrador y entro al primer cubículo del baño. Cuanto tiempo tendré que esperar para tener la zona despejada, tal vez....

- ¿Qué mierda te sucede Ethan?-. la puerta se abre bruscamente, todo fue en vano.

- Yo... déjame en paz-. Caí al lado del inodoro y enseguida me coloque en posición de fetal. No puedo perder el control, no ahora.

Sentí algo frio recorriendo mi desnudo cuerpo, pero no tenía fuerzas para levantar ni un solo dedo, así que no fue hasta el día siguiente que me percate de la sangre adherida de mi periné hasta los muslos. Ahí estaba, tirado en el sucio suelo de una pastelería intentando mantener la compostura. Recordando cómo sus manos recorrían todo mi cuerpo, sus largos dedos se adentraban en mi interior, como me hacía suyo. ¿En verdad había pasado o era otra alucinación de mi descabellada conciencia?

El Poder de la SociedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora