Nunca he sido muy buena haciendo amigos. De hecho, puedo jactarme de que a mis amigos los conosco de años, ya que, cuando logro hacer un amigo, procuro cuidar de esa amistad.
El primer día en la facultad resultó no ser tan malo como esperaba, ya que mi mejor amigo de la preparatoria y yo estabamos en el mismo grupo.
Sinceramente, desde la primera vez que observé a mis compañeros sabía que en un grupo como ese me costaría hacer amigos...y ni hablar de hacer amigas.
Estaba observándolos a todos, tratando de encontrar a alguien con quien mi amigo y yo sintieramos que podríamos llevarnos bien y, de pronto, allí estaba.
Un niño solitario y extremadamente delgado, no se le veía mala leche, pero yo sabía que preferiría estar solo... sin embargo sus ojos me atraían demasiado y yo no podía mantenerme una clase entera sin tratar de verlos.
Conforme fue pasando el semestre, fuimos hablando un poco y haciéndonos amigos.
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Mi pequeña sombra
RomanceToda historia tiene un inicio y un final, pero esta fue muy corta y a la vez eterna.