Costumbre

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Dicen que uno se acostumbra a todo.
Desafortunadamente yo me acostumbré a su sonrisa, a sus ojos, a su forma sutil de tomarme de la barbilla para acercar mis labios a los suyos, a sus abrazos, a esos tiernos besos que me daba en la frente y las mejillas, a sus manos entrelazadas con las mías, a su promesa de que todo iba a estar bien, a esa sensación de seguridad que me daba el calor de su cuerpo al dormir...
El problema de acostumbrarte a sentirte segura en un abrazo es cuando ese abrazo ya no está... y hace demasiado frío afuera...

Mi pequeña sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora