Y allí estaba yo, de nuevo sola y rota aunque, esta vez, sin nada más que perder.
Se lo había entregado todo, hasta la más pequeña parte de mi ser. No quedaba nada más... Esta sería la última vez que me rompieran el corazón, pues después de esta, ya no habría nada más que romper.
No quedaba nada, solo un sentimiento de vacío y soledad, y un profundo resentimiento al saber que, para mi pequeña sombra, no había sido suficiente. Que él no creía que yo realmente quisiera cuidarlo pero, ¿qué no era eso exactamente lo que estaba haciendo desde el primer momento?
Es decir, a cualquiera le hubiera dado lo mismo si un hada estaba o no desgarrándole las entrañas, si se quedaba sufriendo solo... a cualquiera, menos a mí...
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Mi pequeña sombra
RomanceToda historia tiene un inicio y un final, pero esta fue muy corta y a la vez eterna.