Pasaron meses y meses. Pasaron y pasaron mentiras, daño, palabras que dolían. Mi pequeña sombra se aferró con fuerza al vuelo de un hada, pero al final...
A veces lo único que nos queda es rompernos, explotar en miles de pedazos y después rearmarnos, como si nada hubiese pasado por aquí a destrozarlo todo.
¿Qué podía yo hacer? Más que estar allí para escucharlo, para apoyarlo, para darle respuestas universales a sus dudas existenciales y para acompañarlo en silencio y con un cigarrillo entre los labios.
No es como si pudiera ser el pegamento que llegaría a repararlo, pero si podía permanecer a su lado para, al menos, levantar los pedazos... tal como él lo había hecho conmigo tiempo atrás.
ESTÁS LEYENDO
Mi pequeña sombra
RomanceToda historia tiene un inicio y un final, pero esta fue muy corta y a la vez eterna.