El problema no eran los besos, el problema era que en cada beso me hacía sentir aquello que yo creía que estaba muerto. Se sentía en el estómago, como la bajada de una montaña rusa.
¿Qué estábamos haciendo? Es decir, yo sabía que no quería enamorarme porque no quería tener que volver a pasar por el rompimiento... pero no podía evitar querer estar cerca de él.
Sentía que el corazón se me aceleraba cada vez que lo veía... y ni hablar de como me sentía cada vez que me abrazaba.
No quería enamorarme, pero, ¿qué debía hacer?
¿Qué se hace cuando te miran a los ojos por un largo rato y te preguntan "¿porqué siento que ya te hice el amor, sin haberte tocado?"? Entonces me besó... Y juro que nadie antes y nadie después me entregó el alma en un solo beso. Nunca nadie antes y nunca nadie después me besó como él.
En 2 simples palabras me daba el universo, y yo caía lento en aquello que no deseaba, pero que no podía evitar...
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Mi pequeña sombra
RomanceToda historia tiene un inicio y un final, pero esta fue muy corta y a la vez eterna.