P.O.V Sam
Es domingo y fuimos de compras para que cuando mi padre llegue haya suficiente comida.
Estábamos en la caja cancelando la compra cuando me dieron ganas de comprarme una nutella, así que me devuelvo y voy en su busca.
Al llegar al estante de las nutellas tomo dos y cuando me dirijo donde la cajera, me parece escuchar una voz conocida, muy conocida diría yo, seguida de un par de risillas.
Sigo el sonido y cada vez lo escucho más cerca. Al llegar me sorprende lo que veo.
Steven está abrazando a una chica de la cintura y susurrándole algo al oído, ella trae un vestido blanco estampado con flores, ajustado al cuerpo y unos tacones negros, tiene el cabello rubio suelto y ondulado en las puntas, ojos color miel y piel blanca.
Se ve realmente bien, pero eso no le quita lo puta y necesitada que es al estar con mi novio.
Intento decir algo pero no me sale la voz, lo intento de nuevo y sólo logro decir.
-S-ste-eveen -tartamudeo y ahogo sollozo.
Me mira algo confundido y luego sorprendido -Sam, qué haces aquí?
-NO -grito llorando - qué haces tú aquí...con...ella? - la señalo.
-No es lo que parece -la típica frase de justificación.
-Ah no? Entonces supongo que hablabas pacíficamente con ella susurrándole chistesitos al oído y abrazándola -se separa de la chica y se acerca a mí intentando tomarme la mano- aléjate, no te me acerques.
-Sam, yo te puedo explicar todo -dice tratando de tomar mí cara entre sus manos pero le doy una cachetada con todas mis fuerzas.
-Dije que no te me acercaras -seguido de la escena que acabo de formar parte, salgo corriendo a algún lado.
Escucho a mí madre gritarme -¿qué me sucede? Y yo no le puedo responder, estoy sumergida en mis pensamientos, no logro creer que mí ex me era infiel, mi ex.....duele decir eso.
No logro ver nada por causa de las lágrimas en mis ojos, corro sin rumbo alguno y luego alguien me toma de la muñeca y me pregunta si estoy bien, reconozco esa voz, lo abrazo con fuerza y lloro como nunca he llorado por alguien.
Samuel me abraza con fuerza y me levanta del suelo alzándome como bebé, me sienta en algún lugar y luego me separo de él. Limpia las lágrimas que salen de mis ojos y resbalan por mis frías mejillas, lo miro.
-Steven me era infiel -sollozo y se me escapa una lágrima- lo vi...- sollozo-... en el supermercado.
-Tranquila, todo estará bien.
-Tú me lo advertiste y yo no te creí, discúlpame.
-Todo está bien, ahora lo que importa es que te sientas mejor, y yo estaré aquí para ayudarte a conseguirlo.
-Gracias.
-Quieres que vayamos a algún lado? Tal vez vamos por helado?
-Mejor vayamos a tú cabaña, me sentaría mejor, gracias.
-Donde quieras princesa.
Subimos al auto y nos dirigimos a la cabaña de Samuel, siempre en silencio, nadie dijo ni una palabra, lo único que se escuchaba eran nuestras respiraciones y el motor del auto.
Al llegar noto algo diferente, creo que son los árboles, no está el canto de las aves ni hay sol, sólo me llega una brisa fría que congela mis huesos. Creo que él clima cambió muy rápido. Entramos en la cabaña y el chico a mí lado decide hablar.
-Y...qué quieres hacer?
-Miremos alguna película.
-No, nada de actividades depresivas por hoy. Vamos a celebrar que al fin te libraste de ese desgraciado y que te diste cuenta que no te amaba de verdad, que te enteraste que te era infiel ahora y no más adelante que podría traer más graves consecuencias.
Pero que le sucede a este hombre? Acaso no ve que...
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Sin Mirar Atrás
VampirosLa normalidad en su vida no existe. Lo inusual en la suya no concuerda. Dos chicos, una misma historia, un solo final.