Capítulo 22 - De nuevo

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Tres meses después.

Hoy es el ultimo día de clases, durante el tiempo que estuve con Samuel me olvidé de mis amigos, pero ya volví a mi relación antigua con ellos.

Hemos estado saliendo últimamente a muchos sitios para así lograr despejarme ya que estoy casi segura que Samuel se ha olvidado de mí, o al menos me cambió por alguien mejor. Y esto porqué lo digo si también puede estar muerto? Sencillo, hace dos meses un número desconocido me envió una imagen en la que Samuel estaba con dos chicas y un chico, él abrazaba a una de ellas. Al principio creí que eran sus amigos pero luego recordé que él no tenía muchos amigos y los únicos que tenía eran los del instituto, por esa razón sé que está vivo y ya no me quiere en su vida y la verdad dudo que alguna vez nos veamos de nuevo.

Vamos saliendo del colegio, pero se me ocurre una idea...para celebrar nuestro inicio de vacaciones. Pero antes de haber dicho una sola palabra ya me interrumpen.

-Que tal si vamos a mí casa y hacemos una mini fiesta? -dice el interruptor de Andrew.

-Claro, porqué no? organicemonos para preparar todo, nos la pasaremos bien -dice Evrolet mientras chilla de emoción.

-Bien...las chicas iremos a comprar todo lo nocesario al supermercado y los chicos se encargan de lo demás...y si hace falta algo nos avisan por favor -digo.

Y una vez dicho esto todos nos dispersamos. Nos subimos al auto de Sofía ya que es la única que lo trajo hoy y yo no tengo. Es un Audi A4 plateado, lo sé, ésta mujer está cagada en plata aunque no tenga el mejor auto pero le gusta lo sencillo. Una vez dentro del auto Sofía enciende el auto. Yo voy de coopiloto y Evrolet, Carol y María van en los asientos de atrás. Enciendo la radio y precisamente en éste momento está sonando Perdón de HaAsh.

Todas abrimos las ventanas y sacamos la cabeza, el aire golpea en nuestro rostro y nuestro cabello vuela...sé libre mi pequeño vuela más alto...ok.

Empezamos a cantar como si no huviera un mañana, pasó una viejita en su auto y nos miró raro. El auto se detuvo ya que el semáforo estaba en rojo, todas nos dimos miradas cómplices y empezamos a cantar más duro, se acercaba el coro y se lo dedicamos a la viejita.

-Hoy te pido perdón, perdón, por haberte confiado sin dudar mi corazón.
Por haberte confiando sin dudar mi corazón,
Entregar mi alma a tus brazos
Por confiar mi cuerpo en tus manos ...
Perdón, perdón, perdón
Por crearme esta falsa historia de amor,
Y te pido perdón
Por haber esperado demasiado,
De un perdedor...

La viejita nos miró asustada, así que apenas el semáforo se puso en verde Sofía aceleró hasta alejarse de nosotros. En cambio los autos que estaban detrás nuestro nos sonaban el claxon y otras personas que estaban el la calle apreciando el espectáculo nos aplaudían.

Nosotras como futuras famosas agradecidas movimos la mano como lo hacen las miss universo.

Mientras llegábamos al supermercado seguimos cantando cualquier cosa que pasaban en la radio, si no nos sabíamos una canción decíamos cualquier estupidez.

Al llegar a nuestro destino nos percatamos de que estaba cerrado, fuimos a otros centros que siempre íbamos y también estaban cerrados.

Al parecer eran de la misma empresa y los estaban remodelando. Tuvimos que ir a un supermercado que nos quedaba un poco lejos.

Nos pusimos de acuerdo en quién iría a comprar cada cosa. Yo iría con Sofía, así que fuimos a traer un carrito y como últimamente ando muy amargada (nótese el sarcasmo) me subí al carrito y Sofía empezó a correr por todo el centro.

-SOFÍA TEN CUIDADO QUE... -y no terminé ya que chocamos con una de esas cosas dónde están los productos que deben estar fríos...cámaras...así creo que se llaman.

-Lo siento mucho, no lo vi venir, siento haberte soltado -se disculpa.

-Tranquila, nos divertimos de más, aunque mi cara haya quedado pegada al vidrio...que suerte que ningún guardia nos haya visto -digo sarcástica y divertida, empezamos a reír como locas con falta de neuronas.

-De acuerdo -suspira- creo que ya debemos ir a buscar las cosas -y asiento con mi cabeza.

Nos dirigimos a la caja para pagar cuando escucho una voz conocida. Me dirijo donde proviene esa voz. Y no logro creer lo que veo.

Es que acaso todo siempre me tiene que suceder en un supermercado?

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