IX - El Peligro

684 50 0
                                    

En la Estación Orbital Internacional todos se asustaron. Esta se localizaba en la órbita baja de la Tierra, a unos 400 km. de altura donde podía compartir informaciones con los comandos terrestres. Era la primera vez que aquel equipo identificaba una nave extraterrestre. Una señal de aviso fue enviada a todas las bases militares de los países miembros del programa espacial en el planeta. Nivel de alerta: máximo.

En el comando terrestre de Houston, los avisos sonoros tocaron, dejando a todos soliviantados. Los militares se posicionaron para un posible ataque en suelo. La confusión entre los soldados y los grupos de apoyo era grande, porque este hecho era fuera de lo común. El centro de operaciones ruso se aprestó para ayudar en el monitoreamiento y el programa espacial chino estaba listo para cualquier emergencia.

El comandante francés oía de la sala de mando las respuestas a su llamado:

— Oyendo alto y claro, comando de la estación militar orbital. Aquí habla el comando europeo de la misión espacial en Alemania. Tenemos dos cazas listos para intercepción. Por favor, confirmen la orden de destrucción — respondió Ramón Fritz.

— ¿Aló Houston, alguien a la escucha? Peligro inminente de invasión de la Tierra por nave alienígena. Por favor, respondan — Raunot intentó comunicarse con el comando americano de la misión espacial.

— Aquí habla Houston. Estamos atentos y avisamos al comando militar — el General Stheford respondió en la base.

— Tenemos dos F16 listos para el ataque cerca de Alaska. Ya están a camino, señor — respondió el teniente coronel Smith, del comando aéreo americano.

— Intenten capturar la nave y los tripulantes estableciendo contacto. Sería un marco en la historia humana. En caso de que sean belicosos, pueden destruir la nave — confirmó Raunot.

— ¡Copiado! Vamos a ejecutar la misión — respondió Fritz.

— Sí, señor. Confirmado — dijo Smith.

Las alarmas sonaron cortando el aire de la nave alienígena. La tripulación de la nave Science entró en alerta. Inmediatamente, Drako avisó al comandante Sivoc:

— Capitán, hemos sido identificados por los radares humanos. Cuatro cazas están viniendo en nuestra dirección. Tenemos que huir lo más rápido posible o tendremos que destruirlos. Eso podría perjudicar nuestra misión.

— Llévanos a la órbita de Júpiter. Allá estaremos invisibles — ordenó Sivoc.

En una velocidad espectacular, salieron de la órbita terrestre y llegaron a Júpiter atravesando el cinturón de meteoros, colocándose cerca de la luna Ganimedes.

En la Tierra, el comando alemán devolvió el contacto a la Estación Orbital:

— El OVNI simplemente ha desaparecido de nuestros radares. ¿Consiguen visualizarlo?

— Negativo Fritz. Voy a pedirle a los otros comandos que intenten localizarlo — respondió el comandante de la Estación Orbital Multinacional.

— Smith a la escucha. También he perdido el blanco en el radar. Abortaremos la misión.

En Houston fue abierto un protocolo y el oficial para asuntos extraterrestres digitó el informe. Comprobó la etiqueta en la cabecera que decía:

ASUNTO CONFIDENCIAL

***

Así que la situación se tranquilizó, Sivoc dijo:

— ¿Qué ha pasado Drako? ¿Cómo los radares de los humanos han conseguido detectarnos? ¡Eso no es posible!

Los Hijos del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora