Mientras la Star Hunter se dirigía al planeta Vida, bajo el mando de Z8, Merko intentaba descansar. Pero su mente no conseguía relajarse y era asolado por diversos recuerdos de momentos que pasara al lado de Silion.
Una aventura que iba y volvía en medio a tantas otras había ocurrido hacía cinco años. Un meteoro gigantesco estaba en ruta de colisión con el planeta Vida. Todas las alternativas para interceptarlo y destruirlo ya habían sido descartadas por el Consejo Real. Había sólo una oportunidad de desviar el asteroide: usar un poderoso haz de rayos láser que pudiese bombardearlo y desviarlo del planeta Vida, mientras aún estuviese a millares de kilómetros de distancia del encuentro fatal.
La nave Star HunterI donde estaba acoplada el arma láser, estaba en aquellos momentos averiada y los ingenieros trabajaban incesantemente para arreglarla. No había tiempo para resolver el problema del arreglo de la nave y el arma no podía ser retirada o transportada a otro vehículo en tiempo hábil. Como todos estaban destinados a la muerte con la inminente destrucción del planeta, Merko, impetuosamente, entró en la nave Star Hunter y decidió partir en viaje con la finalidad de proyectarse contra el meteoro.
Intentaría usar la propia nave yendo al encuentro del cuerpo celeste, alcanzando una de sus extremidades con el fin de sacarlo de su ruta. Su computador Z8 había calculado el tiempo y el punto exactos del impacto que conseguirían el mayor porcentaje de éxito en la misión de salvamento.
El comandante no se despidió de nadie, pues sabía que muchos intentarían impedirle llevar adelante su misión suicida.
Entró en su nave y partió a una velocidad extraordinaria en dirección al asteroide, que aún se encontraba a una distancia segura para alterar su curso.
Silion observaba a su amigo en sus últimos momentos, pensativo y distante. Conocía muy bien a Merko y sabía que algo extraño estaba por ocurrir. Antes de que él partiese conversaron:
— ¿Merko, por qué casi no conversas con nadie? ¿Qué es lo que está pasando por tu mente, amigo mío?
— Estoy preocupado con la llegada del meteoro X26. Creo que será imposible detenerlo y todos moriremos. Tengo que pensar en una salida.
— Nuestros ingenieros van a conseguir recuperar la Star HunterI a tiempo. Las armas ya están listas y falta solamente reparar los reactores.
— Querido amigo, cuando ellos arreglen la nave será demasiado tarde. No hay más tiempo, pues el X26 está cerca de un punto donde no será ya posible detenerlo. ¡Nosotros dos lo sabemos muy bien! No necesitamos engañarnos con falsas esperanzas. No hay tiempo para que la Star HunterI sea reparada. ¡Hay muchas vidas en juego!
Silion bajó la cabeza triste y le dejó solo. Él sabía que el comandante en las situaciones límite acostumbraba a tomar decisiones sabias y que encontraría una salida. Pasadas algunas horas, volvió a buscarle y verificó que su nave había partido. Tuvo un mal presentimiento; imaginó que el comandante partiera hacia la muerte.
A una velocidad increíble, Merko programara su nave para un curso de encuentro con el enorme asteroide. El comandante viajaba con lágrimas en los ojos cuando pensaba en todo lo que quedaba para atrás. Al mismo tiempo, anhelaba que el impacto fuese suficiente para salvar a los habitantes de su planeta.
Silion rápidamente fue al encuentro de los ingenieros, que recuperaban los reactores de la nave. Pidió urgencia en la reparación y aceleró todas las etapas del proceso de manutención.
Merko ya conseguía ver de lejos el monstruo que parecía voraz en su objetivo. En silencio se despedía de su vida. Cuando la nave se aproximaba, a pocos kilómetros de distancia, oyó una voz gritar en una holografía que se proyectaba frente a él:
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Los Hijos del Tiempo
Science FictionTRILOGÍA COMPLETA 🏆Premio Wattys libro 1. Idea Gobernante: Seremos ellos y luego ellos nos crearán. Historia inspirada en el versículo de la santa biblia (APOCALIPSIS 22:13): "Yo soy el Alfa y la Omega. No hay nadie antes que yo, ni después ..." Li...