Los Hijos del Tiempo

XVIII - La Persecución

Una noche, mientras todos veían la televisión, el titular del telediario noticiaba a respecto del episodio ocurrido en la Estación Espacial Multinacional:

"Hace algunos días, el radar de la Estación Espacial Multinacional registró la presencia de un Ovni en las proximidades de nuestro planeta. Los órganos de inteligencia de todos los países están investigando el caso."

— Aquel episodio ocurrido en el espacio con la detección de nuestra presencia está rindiendo frutos. Tenemos que evitar cualquier situación que nos exponga — comentó Sivoc.

Zara volvió a hablar sobre el incidente de la telequinesis en el parque:

— Comandante estoy aún recelosa en cuanto a aquel día en que Nícolas y yo estábamos paseando en el Central Park y algunos bandidos nos atacaron. ¿No os parece que el acontecimiento llamó mucho la atención? Puede ser que alguien haya visto lo que ocurrió, o que algún órgano del gobierno, o la propia Star Hunter haya percibido la gran cantidad de energía liberada en aquel evento en el centro de New York.

— En cuanto al poder de este joven, ni en nuestro planeta con toda la evolución psíquica es fácil encontrar quien tenga la capacidad de usar la telequinesis. Parece que su mente consigue emitir ondas electromagnéticas capaces de modificar el campo gravitacional alrededor de los objetos e incluso manipular las energías contenidas en las moléculas del ambiente — observó Sivoc — Lo ocurrido puede colocar nuestra misión en riesgo. En este caso, actuasteis en legítima defensa. Sobre este poder, tal vez haya sido una alteración psíquica por causa de los implantes de los chips que hicimos en el muchacho quirúrgicamente. Esta situación, sin embargo, continúa siendo fantástica. Debemos tener cuidado, porque este hecho puede atraer a los agentes de capturas alienígenas de este planeta. ¡Imagina si pusieran las manos en nuestra nave, armas laser, tecnología de transformación y pulseras de teletransporte! Lógicamente, usarían ingeniería reversa para avanzar tecnológicamente. Además de eso, el Capitán Merko está cazándonos y él nunca desiste hasta alcanzar el éxito en sus misiones. Por eso, es tan famoso en nuestro planeta. Tenemos que redoblar los cuidados.

***

Sin embargo, ya era demasiado tarde. El equipo Alfa Omega del gobierno, especializado en asuntos extraterrestres, se había desplazado al centro de control espacial. Una pareja de agentes fue encargada del caso: Collin Netil y Ann Soliver.

Ellos conversaban sobre el hecho que había ocupado toda la prensa:

— Agente Netil, algunos aspectos me sorprenden en este caso: ¿Por qué una nave aparecería para ser detectada por nuestros radares y desaparecería tan rápidamente? ¿Será que están aquí en la Tierra?

— Vamos a pedir un relato de todos los acontecimientos al FBI y solicitar informaciones a los gobiernos de los otros países. Ann, creo que tenemos un óptimo caso de presencia alienígena para investigar. ¿Imaginas si conseguimos colocar las manos en estos equipamientos extraterrestres y capturar algunos especímenes para estudio?

Los miembros del equipo decidieron hacer un informe sobre lo que había ocurrido. Además de estudiar los casos de presencias extraterrestres en el planeta, uno de los principales objetivos de la organización era aprisionar a los seres visitantes para investigarlos biológicamente y, si fuese posible, analizar y asimilar sus tecnologías con intención de adquirir conocimientos científicos y bélicos.

— ¿Dónde estará la nave? ¿Será que ya están infiltrados entre nosotros? Tenemos que mapear todo el planeta y usar todos los sistemas de radares disponibles para localizarles. Tenemos muchas dudas en relación a este caso — dijo la agente Soliver.

Tan pronto solicitaron los boletines de denuncia policiales que demostraban fenómenos anormales, recibieron la información de la prisión de los maleantes en Central Park y del modo inusitado como fueron colgados en un árbol por sus verdugos. Los hombres relataron en testimonio que una pareja les hizo levitar, así como a sus armas y escaparon en fuga. El agente Collin Netil al recibir el correo electrónico inmediatamente ordenó: