Merko leyó la mente del joven Sánchez y supo que no se acababa de creer que estaba ante extraterrestres, todavía estaba perplejo con la aparición inusitada de aquellos sujetos en su casa, el modo como ellos se teletransportaron y la tecnología que estaba delante de sus ojos. El hecho de haber visto a Merko en la forma alienígena, antes de desmayarse, aún estaba preso en su garganta, pero pensó que había sido un sueño, o una mala pasada de su mente.
"Este hombre diciéndome que es un extraterrestre. Sólo puede estar loco. Me parece que estos tipos me han secuestrado y van a exigir algún tipo de rescate a mi madre. ¡Pobrecita de mi madre! Nosotros no somos ricos y lo que ella y mi padre ganan, mal da para pagar mis estudios." — pensó Sánchez preocupado.
— Calma muchacho de la Tierra! — Merko se adelantó — no somos secuestradores y tampoco queremos el dinero de tu familia. Voy a probarte que no somos de aquí, pero por favor, mantén la calma. ¿Recuerdas cuando eras niño y tu madre te obligaba a ir a la iglesia con ella? ¿Los sermones del sacerdote Francisco que duraban horas y tú te enfadabas por tener que acompañarla porque querías quedarte en casa viendo series de televisión? Ella no entendía que, en la escuela, mientras tus amigos comentaban sobre los últimos capítulos de las series preferidas, tú no tenías nada que decir...
Sánchez abrió los ojos de par en par, sin entender cómo él sabía todo aquello.
— ¿Quieres que te diga más? ¿Qué tal sobre Lindy, aquella chica de quien estabas enamorado en la escuela? ¿Te acuerdas de aquel cabello negro y rizado?
Sánchez no decía nada. Pero no paraba de pensar... Lo que daba lo mismo al Capitán.
"¡Parece que este tipo ha leído mis pensamientos! No puede ser. ¿Cómo sabe hasta el nombre del cura y de la chica que me gustaba en la infancia? Debe ser un mutante que lee pensamientos, como aquellos tipos de las películas, tal vez un experimento del gobierno..."
El Capitán se cansó de la incredulidad del muchacho y se colocó dos dedos sobre su pulsera. Listo... Nuevamente era un ser alienígena, aquella imagen que todos los seres humanos de la Tierra temían.
— Sólo puedo estar soñando. ¡No es posible! Debe ser una alucinación. ¿Ustedes me han dado alguna bebida? ¿Le han puesto algo dentro?
— ¡Sánchez presta atención! Mira aquella pared transparente.
Una pared subió de un lado de la sala donde estaban. Él vio que estaban en un pico, parecido a una montaña. Corrió hasta el vidrio y vio que estaban a más de dos mil metros de altura.
Sánchez pensó en decir algo, finalmente, pero ¿quién podría decir que le salía alguna palabra de la boca? Pensó que estaba delirando. Merko se acercó a él y le colocó la mano izquierda sobre el hombro para tranquilizarle. Sánchez gritó aterrorizado.
En ese instante, Crom también surgió con la forma extraterrestre, lo que dejó al muchacho más nervioso aún:
— ¿Cómo está nuestro visitante, comandante?
— ¡Está bien! Un poco incrédulo, pero en breve entenderá que nuestros ojos jamás nos engañan y aunque huyamos de lo que no queremos que parezca real, un día tenemos que enfrentar la verdad.
— Yo creo que no está nada bien. Está muy asustado.
— ¿Si todo esto es real, que quieren de mí? — Dijo Sánchez por fin, apartándose de las criaturas. — ¿Por qué no me han matado? Por favor, no les hagan nada a mis padres. ¿Dónde están ellos? ¿Ustedes van a invadir mi planeta?
— No te preocupes, muchacho de la Tierra — Merko intentó tranquilizarle. — Tu familia está bien y no vamos a invadir tu planeta. Sinceramente, no te hubiéramos traído, si no hubieras visto a mis hombres llegando por medio de teletransporte. Pero, frente a las circunstancias, necesito tu ayuda.
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Los Hijos del Tiempo
Научная фантастикаTRILOGÍA COMPLETA 🏆Premio Wattys libro 1. Idea Gobernante: Seremos ellos y luego ellos nos crearán. Historia inspirada en el versículo de la santa biblia (APOCALIPSIS 22:13): "Yo soy el Alfa y la Omega. No hay nadie antes que yo, ni después ..." Li...