Andrew
Cuando la película de el cine había terminado, acompañaba a Meredith a su casa. Ahora si sentía que era mi novia de verdad. No recordaba todas estas cosas, lo habitual en tener pareja. Solo me tiraba en el gimnasio y pensando en los combates, pero ahora estoy más distraído. Ya no me siento vacío, ya no me siento solo. Pero siento miedo. A la traición, a ser traicionado y sentirme decepcionado. Siento miedo, pero al ver la sonrisa de Meredith, se me hace olvidar ese miedo, solo aparece cuando Meredith no está a mi lado. Me estoy mal acostumbrando a ella.
Al camino a casa metía mi mano en el bolsillo y le tiraba las palomitas qué guarde para tirarserla a la cara. Ella se tocaba la cara con las manos y movía su cabello.
—¡Eh!—Dijo destapando sus manos de su rostro y me miró poniendo pucheros.—Eres malo.—
—Y tú tonta.—Le di un pequeño tirón de pelo y me tiré a correr mientras me reía.—
—¡Andrew no corras!—Corría tras mía mientras intentaba alcanzarme pero no lo lograba.—
—Hm.—Seguía corriendo y me giraba repentinamente parandome en seco, me comenzaba a reír mirando como corría. Ella paraba despacio y ponía las manos agachándose un poco, las ponía en sus rodillas y me miraba.—
—Hoy duermes en el sofá.—Dijo mirándome y entre cerraba sus ojos, me miraba mal.—
—Hoy duermo en mi casa.—
—¿Por qué?—Volvía a ponerse recta y puso una expresión apenada.—
—Por qué quiero dormir en mi casa.—Metía las manos en mi sudadera y me quedaba mirándola.— Vamos, mañana tienes qué madrugar.—Me quedaba esperándola.—
Asintió mientras andaba hacia a mí y se puso al lado mía. Sacaba mi mano derecha rodeando su cintura y andaba junto a ella. Noté como su mano agarraba mi mano que rodeaba su cintura y sonreí al notarlo. Le di un beso en su mejilla y repentinamente se giró hacia a mí agarrando mi cara. Besando mis labios. Solté su cintura sorprendiendo por ese beso y volvía a poner las manos en su cintura, la besaba despacio como ella quería y luego puso su frente con la mía.
—Quédate a mi casa a dormir.—Susurró cerca mía, mirándome a los ojos.—
—Dame un buen motivo.—Susurraba dejando mi frente pegada a la suya, tocando su cintura.—
—Me gusta que duermas conmigo.—
—No es suficiente.—
—Me gusta que me abraces cuando duermes conmigo, o me das un beso, o dormir contigo simplemente.—
—Si insistes..—
—Insisto.—
—Hoy duermo contigo.—Dije sonriendo y acariciaba su cintura, me quedaba mirando a sus ojos azules y eché un suspiró.—
Realmente esta chica me asusta.
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Un Golpe Duro.
RomanceUna futura enfermera llamada Meredith de 22 años.. está harta de trabajar de bar en bar para pagarse sus estudios. Ya qué también quería poner en práctica su carrera tendría que buscarse un trabajo que pudiera hacerlo. ¿Dónde podrían herirse? En un...