Andrew
Jefe me cerraba nuevamente combates para ser conocido. A mi la verdad no me gustaba estos combates pero.. lo hacia por él. Prefería saltar ya a la fama, al título. Pero con eso se necesita suerte.
La mayoría de combates Meredith no podía acompañarme por sus estudios y no la culpó, yo prefería que no viniera, era mejor para mi.
A partir de estas semanas solo nos veíamos tres días a la semana, por qué luego tenía que irme a otra ciudad americana, con sus peores ring's que hay en el país.
En esos días libres me quedaba a dormir en casa de Meredith. Prácticamente era como vivir con ella, solo iba a mi casa para coger ropa o cambiarme, nada más.
Mañana tenía que irme y estaba con ella como no, como de costumbre.
—Estoy reventada de tanto comer.—Decía ella pasando su mano en el estómago dándose vueltas, y estaba tumbada en el sofá. Mientras yo estaba sentado en el sofá y su cabeza estaba apoyada en mi pierna.—
—Es que eres una comilona.—Dije divertidamente y pasaba mis dedos por su cara, acariciándole.—Y la capacidad que no engordes, es curiosa.—
—Puede que algún día levante de la cama con la comida acumulada de años y años y años.—
—No me hagas tener pesadillas esta noche Meredith.—Dije soltando una carcajada de repente a lo que digo y ella me dio un pequeño tortazo en mi rostro.—
—Eres un superficial.—Dejaba su mano en mi rostro riéndose y mostraba sus dientes.—
—Pues rompe conmigo por ser superficial.—
—Me da pereza buscar una excusa para dejarte ahora.—Dijo refunfuñona y agarraba mi barbilla. Me hacía agachar a sus labios y le daba un beso.—
—Tonta.—Susurraba en el beso con una media sonrisa y nuevamente me incorporaba separándome de sus labios. Lamía mis labios.—Mañana me toca levantarme temprano, e irme de nuevo, eso si que es pereza.—
—¿Y sabes lo que más da pereza? Echarte de menos.—
—Tu si que das pereza.—
—¡Oye!—Dijo protestando y puso pucheros, cosa que me hizo reír, luego sonreía de lado y se me quedaba mirando a los ojos.—¿Como te sientes ahora estando conmigo?—
—Muy bien.—
—Específica.—
—Me siento.. me siento menos vacío ahora que estoy contigo, ¿Que quieres que te diga?—
—Qué sí recuerdas tu pasado a menudo y te duele, para yo poder evitar que sufras.—
—Eso no lo puede evitar nadie, y no me duele, solo.. solo es una molestia cuando recuerdo mi pasado, no es agradable sentirse bien recordar que tu padre te pegaba tremendas palizas sin más.—
—Tú no merecías eso, más bien, eso no se lo merece ningún otro niño.—
—Lo sé pero el tema de mis padres.. es lo qué menos me duele.—Quité la mirada de sus ojos y me centraba en su pelo rubio, viajando en mi recuerdos.—
—¿Qué es?—
—Hm.—No le respondí mirando su cabello rubio y tocaba su pelo acariciándolo, notando la suavidad y lo bonito que tenía. Reaccioné mirándola a sus ojos.
—No es nada.—Quitaba mi mano de su pelo y carraspee mi garganta.—Voy a dormir, mañana tengo que madrugar muy pronto.—
ESTÁS LEYENDO
Un Golpe Duro.
RomanceUna futura enfermera llamada Meredith de 22 años.. está harta de trabajar de bar en bar para pagarse sus estudios. Ya qué también quería poner en práctica su carrera tendría que buscarse un trabajo que pudiera hacerlo. ¿Dónde podrían herirse? En un...