Capítulo 7. La bienvenida

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De pronto un silencio inundó el micro y Dante y Luciano gritaron a la par:
"Llegamos a San Carlos de Bariloche!"

Ahí estábamos, entrando a esa hermosa ciudad! Todos pegados al vidrio con nuestras más grandes sonrisas, a lo lejos de podían observar las montañas nevadas.

No sabíamos que hacer ante tanta belleza, tomábamos fotografías al paisaje, nosotros junto al vidrio, cantábamos, gritábamos, el estruendoso redoblante cobro vida nuevamente y Luciano, con mi silbato.

Una hora demoraron los controles de la documentación en la entrada a la ciudad. Al terminar éstos, partimos rumbo al hotel, por el centro de la ciudad.

Era hermosa, nunca antes había visto algo así, caminos en subidas, pinos, el lago, fábricas de chocolate, "Mamushca", "Frantom". Moría por probarlos.

El micro paró en una esquina con la calle en subida.

"-Abajo chicoos!-" gritó Luciano, y todos dimos un salto de nuestros asientos, tomando nuestras mochilas.

Abajo el aire era fresco y puro, nunca se había sentido tan bien.

"-Ahora cada quién tome su valija y entre al hotel-" nos ordenó Dante, quién ayudaba a bajar el equipaje del micro.

Así fue, se armó una larga fila de pasajeros subiendo la calle a pulmón con nuestros pesados equipajes. Dejamos las valijas en la recepción, y nos hospedamos.

"-Estás en la habitación 304 del piso tres-" dijo el encargado de la recepción, entregándome la tarjeta del cuarto.
Subimos por las escaleras , y al llegar a nuestro piso, se abrió la puerta del ascensor, Luciano con nuestro equipaje.

"-Gracias!-" le dije, haciéndole ojitos con una sonrisa. Me lanzó una sonrisa y bajó nuevamente a la recepción.
"-Lo amo-" , repetía una y otra vez en mi mente.

Me tocaba compartir la habitación con Marisa, Malena y Alexia. En la habitación de al lado, el resto de las chicas de mi división, Agustina, Rocío, Belén, y Cata, ocupando la habitación 305.

Entramos a la habitación y estaba a oscuras. Nada encendía, hasta que Alexia muy inteligentemente descubrió que la luz del cuarto se activaba con la tarjeta de acceso al cuarto.

Era hermoso, espacioso. Nos miramos las cuatro y fue inevitable gritar. Saltábamos de alegría y nos abrazamos, teniéndonos sobre nuestras camas. Teníamos una hermosa vista al lago Nahuel Huapi y más atrás, algunas montañas nevadas.
Comenzamos a ordenar nuestras cosas y sonó el teléfono de cuarto, era Santino.

"-Chicas, en treinta minutos estén listas abajo para la charla de bienvenida-"
"-Ahí estaremos, le aseguré-"

Y así fue, bajábamos por las escaleras, al pasar por el segundo piso, vi a Samanta salir del cuarto 201, y a lo lejos en ese mismo pasillo, a Matt G. Salir de cuarto 204. Un piso más abajo, se encontraba Lina G. En el cuarto 103.

Llegamos a la recepción, y nos acomodamos en los sillones, cada escuela de cada ciudad separados en orden. Ahí se encontraban los cuatro coordinadores, junto a Mauricio y Carlos, los coordinadores generales.

Después de una presentación , bromas y risas. Subimos al restaurant, en el último piso. Nos acomodamos en unas mesas para ocho personas, nosotras entramos justas ya que éramos ocho mujeres.

En la mesa de al lado estaban almorzando nuestros coordinadores y carajos, no podía dejar de mirar a Luciano. Su forma de hablar, los gestos con sus manos, su sonrisa.

"-A quien miras con esa sonrisa?-" preguntó Alexia con curiosidad.
*Mierda, estaba sonriendo* pensé.
"-Luciano, es hermoso, no puedo dejar de mirarlo. No es igual a Nelson?" le pregunte.
"- Mierda, es igual. Que más puedo decirte? Solo que Luciano es más lindo que Nelson-" dijo Alexia siendo sincera.

Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Tenia razón, Luciano era mucho más lindo que mi novio.

El almuerzo fue rápido y fluido. Dante se levanto de su asiento y tomó la palabra.

"-A las seis quiero que estén listos en la recepción para la fiesta de Bienvenida, es en Puerto Rock, un famoso boliche de la ciudad, vallan con ropa cómoda por que van a sudar, y sean puntuales-"

A las seis como habíamos pactado estábamos todos abajo y un micro de corta distancia con el nombre de la empresa se vio llegar a través de las ventanas gigantes de vidrio, subimos y Santino dijo emocionado "-Próximo destino, Puerto rock-"

Al llegar la adrenalina recorría mi cuerpo, había muchísima gente, era un boliche construido sobre el lago Nahuel Huapi, muy muy grande.

Entramos y la música me lleno los oídos, había gente de todas las empresas bailando, en rondas muy grandes. El escenario principal se ilumino y apareció una hombre a hacer un monologo musical muy divertido. Al terminar, el segundo escenario se ilumino y una banda quedo a la vista, "Los calzones" .

Todos estábamos cantando y saltando, yo por mi parte no podía dejar de ver a Luciano, quien se sabía todas sus canciones, cuando se armo un gran pogo, pude notar que entre medio de toda la ronda una chica se había caído, nada menos que Samanta, y Nicolas York corrió a socorrerla, la levantó del suelo pero ella no le dio mucha atención. Minutos más tarde pude verla muy cerca de Santino, quién le estaba convidando de su vaso, y ella sin dudarlo, bebió.

Al terminar la fiesta de bienvenida volvimos al hotel, cenamos, nos bañamos y arreglamos para la primer noche. Fiesta white en Genux.

Tendí sobre mi cama unas calzas negras, un top blanco y me puse unos zapatos altos negros.

Era la primera noche en la ciudad y tenía muchas expectativas. Otra vez a la recepción, el micro, y llegamos al lugar. No era muy grande, pero estaba lleno de gente, el animador hizo un muy buen trabajo y junto al Dj, nos hizo pasar una gran noche.

Mis dudas estaban en Lina, que habría pasado con Matt G?. Eché un vistazo panorámico y ahí estaba ella, cerca mío y el a lo lejos, con su grupo de amigos. El simplemente, la había cagado por prestarse a los juegos de Dante.

Horas más tarde, seguíamos en el lugar, junto a mis amigas que estaban algo ebrias, quienes me hablaban de todos los chicos lindos que había. Mientras bailaba, observaba a Luciano bailar con otras chicas, algo decepcionada, por que no podía llamar su atención. Había hecho cientos de cosas para llamar su atención , el simplemente no lo notaba.

Destino BarilocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora