Porque Victoire y Teddy siempre estuvieron destinados a estar juntos.

XX: Verdades a la cara (parte 2)

Rápidamente Victoire giró la cabeza y, atónita, contempló a las tres personas que se encontraban allí. Victoire podía contar con las manos las veces que había hablado con Ethan pero sabía, según se enteraba, que aunque fuera un idiota, trataba muy bien a su amiga y eso era lo que importaba. Rose, por otro lado, intentaba aparentar firmeza y algo se revolvió en el estómago de Scorpius cuando se giró también al escuchar la voz. ¡No podía estar aquí! ¡No podía haber venido a la estúpida pelea! ¡Mira que le dijo que no viniera que no pasaría nada! Y, finalmente, estaba Annie. Annnie, con el ceño fruncido, pose tensa y con rayos láser saliendo de sus ojos. El corazón de la rubia saltó. ¿De verdad estaba ella allí? ¿No la odiaba?

 -¿Y quién eres tú para decirlo, asquerosa sangre sucia?- espetó Zabbini mirándola con asco. Su cuerpo no cambió ni un ápice, señal clara de que consideraba a los llegados unas simples hormigas incapaz de hacer nada.

 Annie anduvo unos pasos y Ethan y Rose la siguieron. Ethan miraba ceñudo, siguiendo en todo a Annie mientras que Rose tenía sus ojos clavados en Scorpius donde se podía ver un matiz de preocupación por el rubio. Éste sacudió la cabeza dando a entender que no se preocupara, que todo estaba bien. Rose asintió y cogió aire profundamente

. -¿Que quién soy?-preguntó alzando las cejas con asombros. Después hizo una mueca y frunció el ceño bastante pronunciado y Victoire supo que se estaba burlando de ella- A ver... déjame pensar... Oh, ya-abrió los ojos con entusiasmo- Soy la "asquerosa sangre sucia" que va a salvar a sus amigos de las garras de la bruja malvada. 

Una larga carcajada salió de los labios de Zabbini. 

 -Perdona, sangre sucia, déjame dudarlo- soltó entre risas. Mientras, los ojos de Annie se desviaron de Zabbini a la que vez que tocaba la mano de Ethan con la suya. Éste lo entendió y estuvo completamente atento. Annie desplazó sus ojos verdes hasta encontrar los azules de Victoire. Un chispazo saltó en el corazón de ambas. ¿Cuánto tiempo hacía que no se miraban a los ojos? Annie apretó sus labios firmemente, si hubiera sido menos terca y egoísta y hubiera ido a hablar con su amiga... ahora esto no habría pasado. Menos mal que le contó Rose... sino...

Pero ahora no podía pensar en eso, estaban en problemas y ella tenía que ayudarlos. Sacudió su cabeza mentalmente y se centró en donde estaba. 

Intentando hacerle llegar un mensaje, Annie le guiñó un ojo. Victoire en un principio se mostró confundida, pero una bombillita se encendió en su mente cuando observó como Annie, aún con los brazos a ambos lados de ella, cerraba una mano en forma de puño mostrando solo dos dedos rectos.

Habían quitado de la partida a dos, comprendió Victoire. Asintió.

Annie hizo el mismo procedimiento con Teddy y éste también afirmó con la cabeza casi imperceptiblemente.

 -Pues no creo que debas, princesita-expresó Annie eludiendo a Zabbini por su aires de grandeza- Puedo perfectamente contigo y con esos cinco idiotas que te siguen como perros falderos.

Zabbini se apartó el pelo para dejarlo con detrás de ellos mientras que reía.

 -No sé de qué te ríes. Mira- dijo dando un paso hacia delante. Teddy, Victoire y Scorpius supieron que algo tenía bajo la manga cuando Ethan no lo dio-, lo puedo hacer incluso sin varita. 

No dejó decir nada mas. De un movimiento certero, alzó su mano libre y después la bajó hasta apuntar con su dedo índice a uno de los chicos que agarraba a Scorpius.

Y, de pronto, un rayo azulado impactó en el joven dejándolo petrificado. Scorpius pegó un salto por la impresión y se alejó unos pasos. Fue en ese momento, aprovechando el aturdimiento que reinaba por el hechizo, que rápidamente echó correr dirigiéndose hacia donde se encontraba el trío.