Porque Victoire y Teddy siempre estuvieron destinados a estar juntos.

XXI: Desesperación.

Rose recobró la conciencia el día siguiente a la pelea. Lentamente los sentidos fueron yendo a ella y con ello, el dolor. La cabeza le dolía muchísimo. Un suspiro salió de sus labios e intentando mitigar el dolor, giró la cabeza. En ese momento se dio cuenta que estaba tumbada en una superficie blanda, como una cama. La sala estaba silenciosa, ni un solo ruido se escuchaba.

Poco a poco fue abriendo los ojos y se encontró con que estaba en la enfermería de Hogwarts. La luz del amanecer se colaba por la ventana iluminando algo la estancia. Sus ojos vagaron por su alrededor y estos se pararon al descubrir una figura a su lado. Era un chico. Estaba sentado en una silla pero con los brazos apoyados en el colchón y su cabeza sobre los brazos. Su pelo rubio le tapaba los ojos, pero Rose al ver la respiración tranquila supo que estaba dormido. Una sonrisa se instaló en sus labios. En las veces anteriores, los puestos estaban intercambiados. Ella era la que estaba sentada en la silla y sus primos o Scorp eran los que estaban en la camilla.

Recordaba perfectamente ese día de primero, cuando Scorpius acabó con un brazo escayolado por ella. En ese momento, Scorpius no era mas que el amigo de su primo Albus. Solo quedaban dos días para que dieran las vacaciones de Navidad, es por eso que reinaba en Hogwarts un ambiente de amistad, armonía, amor, sueños y emoción. Rose se dirigía a la biblioteca para dejar un libro que había necesitado para los exámenes finales. Casi había llegado cuando en un pasillo desierto se encontró con dos chicos: Héctor Goyle y Sven Crabbe, ambos Slytherin de primero, compañeros de habitación de Albus y Scorpius. Rose se los había encontrado mas de una vez y según le contaba Albus, ambos siempre estaban cuchicheando entre ellos y cuando él llegaba a la habitación se callaban abruptamente. No lo habían tratado mal, pero Albus no se fiaba ni un pelo de ellos. Aunque Rose era otro cantar. Cuando la chica se acercaba a su primo en el comedor o algún pasillo donde estaba también sus amigos, se había percatado como la miraban. Y eso no le gustaba nada. Era... asqueroso. Todo lo contrario a Scorp, siempre con una sonrisa para ella. En fin, que cuando Rose caminaba por los pasillo, se encontró con Goyle y Crabbe cortándole el paso. Con el ceño fruncido, la chica se había parado.

-Hola, guapa- saludó Crabbe guiñándole el ojo. Rose sintió como sus tripas de removían.

-Qué tal, Crabbe, Goyle- masculló y rápidamente intentó huir de allí. Pero no pudo dar ni un paso cuando los chicos se colocaron uno al lado del otro a lo ancho del pasillo y Rose no pudo pasar. Maldijo para sí. Esto no le gustaba nada.

-¿Dónde vas tan rápido?-se hizo el dolido Goyle. Entonces, esbozando una sonrisa burlona agarró del brazo a Rose acercándola a ella.

-¡Eh, ¿qué haces?!- chilló Rose, asustada- ¡Suéltame!- intentó zafarse de su agarre. Goyle era mas fuerte, por lo que no pudo hacer nada.

-Oh, vamos, Weasley, no te hagas la remolona, sé que quieres estar con nosotros-comentó un Crabbe divertido. Alzó una de sus manos para posarla en el pelo de la chica pero esta se quedó parada a medio camino para escuchó una voz.

-Os ha dicho que la soltéis- la voz sonó seria y autoritaria y el vello de la pelirroja se puso se punta al reconocer a su dueño.

Giró su cabeza y se encontró con Scorpius Malfoy mirando seriamente a los chicos. Rose, aprovechando la confusión del momento por parte de Goyle y Crabbe, de un manotazo se zafó del agarre de Goyle. Dio varios pasos hacia atrás y una sensación extraña se coló en su pecho al sentir la presencia de Scorpius a su lado.

-Ya ha venido el idiota de turno- masculló Goyle bastante irritado fulminando con la mirada al chico, pero Scorpius ni se inmutó. Con su mano, agarró el brazo de la pelirroja con delicadeza y empezó a andar tirando de ella para dirigirse hacia la biblioteca.