Capítulo 2: Sorpresa

1.2K 130 10
                                    

Aomine Daiki

Esa mañana desperté como todas las demás, de mal humor con el despertador. Odiaba ese molesto ruido que me hacía volver a la realidad de forma tan brusca. Lo único bueno de tener que despertarme era ver encima de la estantería el balón de baloncesto. Era lo único que me motivaba, el baloncesto era mi vida y me encantaba ser el mejor aunque empezaba a aburrirme un poco... ya apenas me quedaban rivales a los que vencer excepto Akashi, capitán de nuestro antiguo equipo, claro que luego él se fue a un prestigioso instituto y yo decidí ir a otro muy diferente.

Los únicos partidos que perdía eran contra él pero algún día le ganaría, de eso estaba seguro. Sólo entrenaba para ser el mejor y muchas veces hasta pasaba ya de ir a los entrenamientos. Momoi solía reñirme y venía a buscarme a la azotea del instituto donde solía ir a descansar y echarme unas buenas siestas.

Mi madre nunca estaba por casa y mi padre aún menos. Las pocas veces que estaban juntos siempre discutían y mi padre acababa marchándose a "Trabajar", todo mentira, se iba con su secretaria y es que más de una vez le había pillado por la calle con ella entrando a un lujoso hotel. Siempre reservaba allí la habitación y sabía que tarde o temprano... mis padres se separarían, el divorcio estaba al caer y a mí me harían la vida un infierno entre custodias compartidas, seis meses con uno y otros seis meses con otro con todo lo que eso suponía... mudanzas cada seis meses y nuevas normas dependiendo la casa en la que me encontrase. Por supuesto no les había contado nada a mis compañeros.

Salí a desayunar y como suponía... la casa estaba vacía. Aquello me quitó hasta las ganas de comer algo, ya lo haría por el camino al instituto. Me vestí con el uniforme y salí de la casa bostezando. Me detuve en el primer semáforo y entonces vi a aquel chico de inusual cabello rubio que miraba un plano. Llevaba el mismo uniforme que llevábamos en mi instituto pero yo nunca le había visto, de hecho no había chicos rubios en mi instituto, quizá fuera nuevo y no debía vivir lejos de aquí. A mí no me importó en gran medida y cuando el semáforo de peatones se puso en verde continué sin volver la vista atrás hacia el chico.

Llegué al instituto tras coger el metro y una vez allí, me dio pereza entrar en clase, tenía mucho sueño y me subí a la azotea para descansar. Odiaba las clases y eso que yo era el delegado, se suponía que debía ser el más responsable sin embargo... era todo lo contrario, nunca estaba donde tenía que estar. Momoi me despertó como todos los días cerca de las diez y media echándome la misma bronca de siempre por no haber asistido a clases, pero es que no había ninguna motivación para que asistiera. Me levanté y caminé pasando de las explicaciones de Momoi para irme a jugar a baloncesto, seguro que estarían todos en el parque jugando al baloncesto en la hora del recreo.

Pasé primero por una tienda a comprar algo para comer, tenía hambre y cuando crucé por el paso de peatones hacia el parque me choqué contra el mismo chico rubio al que había visto esta mañana tan despistado. Le comenté en japonés que tuviera algo de cuidado ya que iba caminando sin prestar atención a las cosas pero él no pareció entenderme por la cara que puso, así que probé con otro idioma, el inglés. Mi inglés no era para nada bueno, de hecho Kagami lo tenía bastante mejor que el mío por haber vivido un tiempo en Estados Unidos, el mío era muy básico. Eso sí pareció entenderlo pero aún así, ambos pasamos el uno del otro y yo seguí hacia el parque, sólo quería jugar un rato y despejarme.

Jugué un rato con ellos o más bien traté de vencer a Akashi pero no hubo manera, él era demasiado bueno aún para mí. Supongo que tendría que volver a entrenar en lugar de saltarme todos y cada uno de los entrenamientos que Momoi nos hacía. Al acabar el tiempo libre volvimos al instituto pero yo pasé de ir a clase y decidí irme a la oficina del presidente estudiantil. Vaya faena me hicieron cuando me nombraron a mí, encima pensaban que cambiaría mi forma de ser y me convertiría en alguien responsable... iban apañados los que pensaban de esa forma, odiaba las responsabilidades.

Modelo solitario (Kuroko no basuke, Aokise)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora