Capítulo 6: Moratón

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Kise Ryota

Aomine era todo un caso pero cuando le vi marcharse por el pasillo no pude evitar que se asomase en mi rostro una sonrisilla y es que él siempre era de esa forma, no habría forma de cambiarle. Creo que se hacía el duro pero realmente no lo era, le había molestado que me tocasen y fingió para luego darme a entender que tenía que agradecérselo, pero no es lo que buscaba, lo único que él quería era que me dejasen.

Puede que lo estuviera malinterpretando, pero puede que al haber visto el problema que tenía en casa con mi padre le hubiera tocado un poco la fibra sensible y ahora en vez de meterme en problemas intentase sacarme de ellos, claro que eso él jamás lo diría en voz alta, tenía su reputación de chico malo que mantener. En el fondo no parecía tan mal chico o es que yo me estaba volviendo muy blando con él, ya no estaba del todo seguro en lo que me pasaba.

En clase Aomine estuvo muy quieto y callado, de hecho... se pasó toda la clase con la cabeza hundida entre sus brazos durmiendo mientras el profesor explicaba la lección, ya todos pasaban de él, sabían que era un caso imposible de corregir. Yo sonreí al verle y seguí con la lección, al menos hoy no me molestaba como era su maldita costumbre.

A la hora de educación física recogí mis cosas y fui a salir de la clase siguiendo al resto de alumnos cuando me di cuenta que nadie despertaba a Aomine así que al final... pese a dudar qué hacer con él, decidí ir a despertarle.

- Ey – le dije intentando despertarle y como no lo hacía, empecé a moverle de los hombros – venga despierta, todos se van a clase.

- ¿Kise?

- ¿Quién sino? Todos te tienen tanto miedo que ni se atreven a despertarte.

- Tengo unos malos despertares.

- Ya... bueno yo ya he cumplido, haz lo que quieras.

- ¿Dónde vas? – preguntó aún confuso.

- A la clase de educación física, es lo que toca ¿Tú alguna vez miras el horario escolar? – le pregunté.

- Claro que lo miro, el primer día los primeros cinco minutos, luego me paso el día en la azotea durmiendo, me da igual la clase que me estoy perdiendo.

- Ya me imaginaba yo algo así.

- No suelo ir nunca a esa clase, pero por ser precisamente tú quien ha venido a despertarme, te haré el favor y te acompañaré.

- Oh... ni que yo necesitase un mono de compañía para hacer deporte.

- Eres muy torpe... quizá hasta te me tropiezas con algún balón y al fin y al cabo... yo estaré allí como tu príncipe azul para salvarte – dijo riéndose.

- Qué romántico y patético suena – le dije sonriendo metiéndome con él.

- Sí... lo que no te he dicho es que mientras te recojo del suelo te meteré mano, hay que aprovechar los momentos.

- Eres un cerdo – le dije marchándome.

- Y te encanta que lo sea – dijo cogiendo sus cosas y levantándose de la mesa siguiéndome.

Caminé delante de él enfadado hasta que me di cuenta de algo y me giré ruborizado al entender por qué siempre caminaba detrás de mí.

- Deja de mirar mi trasero.

- Desde aquí atrás hay mejores vistas.

- Eres...

- Un cerdo, sí lo has dicho antes y menudo trasero tienes.

Modelo solitario (Kuroko no basuke, Aokise)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora