Capítulo 7: Estudiante

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Aomine Daiki

No esperaba que Kise me besase en aquel momento pero tampoco pensaba desaprovechar esa oportunidad. Siempre decían de mí que era un mujeriego, que me iba con cualquiera y no tenía sentimientos pero no era cierto, los tenía sólo que no por las personas con las que había pasado un buen rato, para mí sólo era eso... un buen rato. Kise era diferente y en parte ese sentimiento me asustó.

Habría llegado con él hasta el final de no haber sido por la interrupción pero gracias a ella me di cuenta de algo... no quería que él fuera una más de mis conquistas, quería que fuera algo realmente enserio. Quizá sólo había llegado hasta ahí por agradecimiento, quizá sí quisiera o puede que no, no sabía lo que ahora mismo pasaba por aquella rubia cabecita y eso me asustaba aunque no se lo diría. Yo era Aomine Daiki, jamás reflejaba miedo o dudas.

Salí del almacén de gimnasia en cuanto tuve la menor oportunidad y me marché con rapidez. Creo que Kise se quedó un poco sorprendido por mi reacción pero es que si seguía allí con él, se daría cuenta de lo excitado que estaba, tenía un bulto inmenso que apenas mis pantalones podían ocultar y no quería hacer nada con él de lo que pudiera arrepentirme. Él no era otra de mis conquistas y debía mentalizarme en eso, en conquistarle como dios manda y no a lo ligón como siempre hacía. Tenía que ir despacio con él, quería ir despacio, tener una cita, invitarle a algo... no sé, algo diferente al simple sexo.

Ni siquiera me giré cuando Kise me llamó preocupado y es que ahora mismo necesitaba alejarme, él era una perdición para mí, si se volvía a acercar no podría controlarme y querría hacerle mío, tenía que alejarme como fuera, ya le explicaría en otro momento lo ocurrido.

Me marché con rapidez hacia la salida, quería marcharme de allí. Ya veía la puerta de la calle cuando al abrirla, una chica se me abalanzó besándome. Me quedé unos segundos tratando de recapacitar en lo que estaba ocurriendo y en cuanto pude reaccionar la aparté de mí, pero ella con una gran sonrisa me tocó el trasero apretándolo y se marchó por la puerta que yo había abierto guiñándome un ojo mientras me decía un "hasta luego guapo". ¡Estás cosas sólo me ocurrían a mí!

Al llegar a mi casa, no fue mucho mejor la cosa, estaba vacía como siempre y cené solo algo de ramen instantáneo que tenía por la despensa guardado. Ni siquiera me apetecía cocinar. Aún recordaba el beso de aquella chica que me había sorprendido, pero recordaba mucho mejor el de Kise, aquel sí había sido una sorpresa y una de las gratas. Me gustaba ese chico y no podía evitar sonrojarme al pensar en él. Lo tenía decidido... mañana le invitaría a salir.

No dormí muy bien esa noche, pero por la simple razón de que mi cabeza no podía dejar de pensar en el beso con aquel chico rubio que últimamente me volvía loco y saqué la revista de debajo del colchón buscando entre las páginas al rubio de mi perdición.

Miré bien la fotografía y mis ojos llegaron irremediablemente a la mejor parte de su anatomía, su miembro allí encerrado tras aquella pequeña prenda de tela. Sonreí y es que ahora que había tenido la oportunidad de tocar su miembro, era cierto lo que se veía a simple vista. No le habían retocado nada. Sabía que esto estaba mal pero... no pude remediar las ganas de tocarme de nuevo observando a ese chico, me volvía completamente loco y soñaba con el día en que por fin sería mío, estaba empezando a enamorarme y eso me daba pánico, yo jamás me había enamorado de nadie.

Rocé con mis dedos la punta de mi miembro produciéndome una sensación de cosquilleo mezclada con un gran placer, los espasmos llegaron enseguida y empecé a gemir cogiendo toda la largura de mi miembro entre mis dedos y empezando a moverla, primero lento y cada vez con mayor frenesí mientras me imaginaba que penetraba a aquel chico de revista.

Modelo solitario (Kuroko no basuke, Aokise)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora