Capítulo 14: Contrato

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Kise Ryota

Al final, tras tanto fingir que dormía, me dormí de verdad y fue mi padre quien me despertó como un loco dándome una colleja. Me quejé y me cubrí la cabeza con las manos intentando evitar que siguiera pero cuando ya iba a relajarme al no sentir otra... volvió a darme otro tortazo.

- ¿Te crees que soy idiota o qué te pasa? – preguntó mi padre - ¿Con un chico en tu habitación? ¿Estás loco o qué? ¿Cómo se te ocurre traerlo aquí? Es lo que me faltaba contigo.

Aún no sabía muy bien cómo se había enterado de lo de Aomine pero desde luego lo sabía o si no lo sabía... lo disimulaba muy bien porque desde luego suponía lo que había pasado aquí.

- ¿Cómo sabes eso? – le pregunté sorprendido.

- Que el amor sea ciego no quiere decir que los vecinos también. Me he cruzado antes con el de enfrente y me ha estado contando cómo tú novio trepaba por el árbol.

En aquello no había caído cuando Aomine subió por el árbol... los malditos vecinos. Debí haberme fijado más en aquello, debí asegurarme que no había nadie allí mirando, pero no lo hice, estaba tan entusiasmado y emocionado de verle allí que no pensé en nada más que en estar con él.

- Arréglate y baja a cenar – comentó al momento – tenemos cosas importantes de las que hablar.

- ¿Es sobre más contratos? Ya te he dicho que no quiero seguir haciendo esto.

- Tú harás lo que yo te diga y punto. ¿Qué narices te pasa? Tú nunca te habías revelado.

- Estoy cansado de esta vida, ya está bien, soy mayor para decidir qué hacer con mi vida.

- Por favor... ni siquiera eres mayor de edad. ¿Cómo ibas a vivir tú solo sin mí?

- De la misma forma que vivo contigo. Tú ni siquiera trabajas, siempre lo hago yo. El dinero en esta asquerosa familia lo traigo yo.

- Serás descarado – comentó mi padre levantando la mano para pegarme aunque no llegó.

- Pégame – le grité – vamos... quiero irme con mamá, quiero alejarme de ti así que pégame y dame la excusa para que me vaya definitivamente con ella. Más te vale no dejarme salir de casa porque soy capaz de ir al juzgado de menores a pedir yo mismo la tutoría de la mamá.

Mi padre enfadado salió de mi habitación marchándose y me quedé unos segundos en silencio en la oscura habitación. Había anochecido y sólo podía mirar aquel cielo estrellado y pensar en Aomine, pensar en que quería marcharme del lado de mi padre, pero no podía, estaba aquí atrapado.

No quise bajar a cenar y mi padre tampoco me lo pidió, estaba muy cabreado conmigo pero más lo estaba yo con él. Escuchaba mi estómago sonar y me moría de hambre, pero por el poco orgullo que me quedaba no pensaba bajar, no quería ver a mi padre así me muriera de hambre.

Al final, supongo que en parte mi padre se preocupaba por mí porque subió una bandeja con algo de comida y tocando la puerta, entró dejándola encima de la mesa y suavizando su tono de voz.

- Perdóname – escuché para mi sorpresa – no debí haberme puesto como me puse.

- Siempre estás enfadado conmigo y no entiendo por qué, ni siquiera entiendo porqué nos mudamos tanto, yo no quiero seguir corriendo de lado a lado.

- De eso tenemos que hablar – comentó mi padre.

- No me digas que nos mudamos – le dije abriendo los ojos.

Modelo solitario (Kuroko no basuke, Aokise)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora