Capítulo 2

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Kate está apoyada en el marco de la puerta, esperando a que el testigo principal, Richard Castle, se cambie de ropa. Mira su reloj, ¿cuánto tiempo ha transcurrido desde que han llegado?

- Perdón por hacerle esperar.- el escritor sale del baño completamente distinto, es como si el tipo de ropa le transformase; ha cambiado su traje formal por unos tejanos y una camisa con los botones desabrochados.

- No pasa nada, aunque será peor para usted, la interrogación puede durar horas.- responde la inspectora sin apartar la mirada del hombre que ahora le entrega una bolsa de gimnasio usada que contiene la ropa ensangrentada.

- Tengo todo el tiempo del mundo, no se preocupe. ¿Vamos?- Ambos salen del loft, un piso algo voluminoso para sólo una persona pero a la vez muy acogedor.

El camino hacia la comisaría se hace pesado para los dos, Kate conduce con rapidez, sorteando el tráfico con eficacia; Rick no deja de asombrarse por esa mujer, tiene algo especial.

- Ya hemos llegado, no se separe de mí, ¿entendido?- Éste asiente con la cabeza a la vez que muestra una agradable sonrisa.

Varios policías caminan de un lado para el otro, algunos llevan esposados a algún que otro delincuente por posesión de drogas o conducir bajo los efectos de alcohol.

- Buenas noches inspectora, veo que trae un invitado.- el encargado de las identificaciones echa una mirada rápida al escritor.- Sí, es Richard Castle, ¿puedes darme una tarjeta? 

- Por supuesto, lo que necesites.- cinco minutos después, Kate coge la tarjeta plastificada y la engancha en la camisa de Castle, el cual huele estupendamente.

- Voy...tengo que ir un momento a la morgue, ¿puede esperar aquí?

- En realidad...había pensado en acompañarla, si usted me deja, claro.

Beckett no está segura de si es una buena idea, allí abajo sólo se respira muerte mezclada con los productos químicos que utilizan para las autopsias y esas cosas que sólo su amiga Lanie entiende.

- ¿Está seguro? ¿Ha visto alguna vez un cádaver?- el rostro de Rick se vuelve serio, su mirada penetrante asusta a la inspectora. 

- Es muy pronto para hablar de mi pasado pero, respondiendo a su pregunta, sí, he visto cadáveres.

- De acuerdo, vuelvo a repetirle, no se separe de mí y no toque nada.

El ascensor se abre, baja hasta el sótano que resulta ser un depósito de cadáveres. Allí la temperatura baja unos grados lo que provoca que Castle se frote las manos para entrar en calor. 

- Hola Lanie, tengo algo para ti.- una joven de unos veinti pocos años, con un rostro dulce y simpático, cabello color azabache y largo; cuerpo esbelto y vestida con un mono rosa a juego con los guantes, les observa con atención.

- ¿Qué hace él aquí? Sólo personal autorizado, Beckett, ya lo sabes.

- Ha insistido, además, me ha jurado que no va a vomitar así que descuida. Toma.- su amiga le entrega la bolsa con la sangre.- espero que puedas decirme más del asesino.

- Hemos resuelto casos con menos, bueno, tengo que continuar con el trabajo. Te llamaré si encuentro algo.

- Gracias, eres la mejor.

Castle se ha quedado sin palabras al ver a la víctima abierta en canal con todos los órganos al descubierto, él había visto cadáveres pero no eso.

- Señor Castle, ¿está bien? Se ha puesto pálido.

- Jamás había visto el interior de una persona tan de cerca, sólo en películas.

- Puede resultar algo desagradable al principio pero te acabas acostumbrando.

- ¿Cómo lidias con eso? Yo me pondría malo.

- Tengo un secreto, ¿quiere saber cuál es?- Rick acorta las distancias, Kate acerca sus labios al oído del hombre.- yo bajo cuando Lanie ya ha cosido a la víctima, ella sabe cuando tiene que llamarme.

- Buena elección, ¿ahora dónde vamos?

- A la cuarta planta, homicidios, ¿preparado?

- Eso creo.

Si la morgue es el reino del silencio, esta planta es todo lo contrario, teléfonos sonando, personas con papeles caminando de un lado para el otro sin ser conscientes de las personas que entran y salen.

- ¡Hey Beckett! ¿Dónde te habías metido?- Sus compañeros se acercan a la mesa de su compañera que no viene sola.- Ya pensábamos que te habían secuestrado o algo.

- Qué mas quisieras, es que hemos tenido que pasar por su casa para que se cambiase de ropa.- responde ella refiriéndose al escritor que observa el lugar como si fuese algo mágico.

- El capitán te busca, dice que es urgente.

- Vale, Señor Castle, ¿puede esperarme aquí?

- Seré una estatua.

Castle se sienta en una silla que está pegada a la mesa de la inspectora, Katherine Beckett. 

- Con que, eres el famoso redactor Richard Castle, testigo principal de un asesinato.- el compañero de la inspectora le asusta un poco, tiene cuerpo atlético y una mirada intensa.

- Momento y lugar equivocado, la verdad es que esto es algo que obstaculiza mis planes; tenía pensado empezar un libro que desde meses ronda por mi cabeza.

- Pues va a estar unos días en contacto con la policía, es probable que pierda recuerdos a causa del shock causado por ver una escena tan violenta.

- No creo que eso sea un problema.- responde él pensando únicamente en la mujer que le salvó la vida sin saberlo, la observa desde fuera.

Mientras tanto en el despacho del capitán...

Kate permanece sentada con la pierna cruzada y sin apenas moverse, tan sólo escucha a su capitán que, curiosamente, habla sobre el escritor que hay fuera sentado.

- Inspectora, ¿comprende lo que he le dicho?

- Más o menos, lo que me está pidiendo es que  deje que ese redactor me acompañe en los casos para...¿conseguir algo de fama? Discúlpeme pero...no lo veo tan claro.

- No se lo estoy pidiendo, el alcalde es un buen amigo de ese hombre y me ha recomendado que lo tengamos como asesor.

Beckett gira su cabeza para observar al escritor tras la persiana, ella no se fía de nadie, es parte de su ttrabajo; no importa si ese hombre es famoso y redactor de un periódico famoso.

- Lo siento Señor pero antes de aceptar debo interrogarle por ser el testigo principal en este caso, no quiero desobedecerle pero existen unas normas y usted mejor qeu nadie sabe que las sigo a rajatabla.

- Por eso te considero mi mejor inspectora, de acuerdo pero considere lo que acabo de decirle, ¿de acuerdo?

- Sí, Señor, voy a continuar con mi trabajo.

Kate sale del despacho algo molesta, una cosa es interrogarle pero, ¿tenerlo a su lado en todo momento? Ella tiene un estilo propio para trabajar y no incluye a un redactor como compañero.

Nobody Loves Me Like YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora