CHAPTER 7

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Narradora

—¿Ahora qué diablos te sucede? —preguntó el erizo de la armadura‚ algo enojado por el repentino jadeo de la fémina. Amy‚ sin responderle aquella pregunta‚ lo interrumpe con una nueva.

—¿Quiere decir que... nunca ha visto el amanecer o el atardecer? ¿No le mostraron algo acerca de ello alguna vez?

En base a la escasa información que Amy le dio, Lancelot negó. Ni siquiera tenía idea de cómo ella pudo haberse inventado tanto para afirma y preguntarle sobre ese tema.

—Bueno‚ el amanecer es... es el periodo que transcurre cuando aparece la luz del sol en el horizonte‚ dando así el inicio de un nuevo día —explicó la eriza‚ luego continuó—. El cielo se ve más claro, despejado, y ayuda a que los lugares se vean iluminados.

El caballero escuchaba atentamente lo que Amy explicaba. Pero no se podía imaginar lo que ella decía, puesto que nunca había visto la claridad en los cielos, al igual que sus semejantes en esta dimensión.

Ni siquiera él conocía la procedencia de Amy, a lo que llegó a concluir que ella también pertenecía a este mundo de la eterna oscuridad, afirmación que no era cierta.

—El atardecer pasa cuando la luz del sol se va... Y luego viene el anochecer‚ lo que usted ve ahora... —Lancelot observó la luna por un momento—. Estos tres periodos que le acabo de explicar son hermosos cuando dedica su tiempo a contemplarlos —su voz y su expresión comenzaron a tornarse algo melancólicas mientras observaba la infinidad del cielo nocturno—. Si pudiera usted ver la forma de las nubes; el titilar de las estrellas... poder verlas con alguien a su lado... —de repente‚ Amy se detuvo con respecto a hablar, y bajó la mirada.

Esas últimas palabras le hicieron recordar varios acontecimientos en el que ella intentaba sonreír para sentirse aliviada‚ pero no conseguía siquiera esbozar una sonrisa inconsciente que podría hacerla sentir con grandes ánimos‚ porque durante toda su vida vivió en puras desgracias hasta la actualidad.

Estaba sola... muy sola...

Amy‚ al recordar todo‚ algunas lágrimas recorrieron por su rostro. Le entristecía saber que su vida ya empezaba a carecer de sentido. Estaba deprimida.

Pese a que ahora convivía con aquel caballero, ella no sentía que de verdad él quisiera su presencia. Es como si ella fuese un estorbo, como si no existiera para él más que para cumplir con su deber.

Lancelot notó el estado de Amy‚ pero a los pocos segundos decidió no tomarle importancia por pensar que era un truco planeado por ella; sin embargo‚ él la miró de reojo para saber lo que ocultaba en realidad‚ si estaba fingiendo su llanto o no. Él no sabía nada de su pasado‚ ni de lo que le ocurría en sus días.

Amy se dio cuenta de que estuvo siendo observada por aquel caballero y‚ en un acto disimulado‚ limpió sus lágrimas.

—Lo... lo siento‚ sólo es un pequeño problema‚ pero ya no es nada —se excusó la eriza mientras se limpiaba las lágrimas restantes. Este sospechó del extraño comportamiento de Amy‚ pero luego lo ignoró y se fue a un lado de la cama (su lugar de vigilancia).

—¿Puedo descansar? —. El caballero frunció el ceño ante esa pregunta, pero pronto asintió levemente. "Es muy prudente y cuidadosa",  pensó el de la armadura de plata.

Por primera vez‚ logró sentir la comodidad de una cama como aquella en la que estaba echada‚ ya que ella antes acostumbraba a dormir en superficies rocosas e incómodas, oculta en cuevas y lejos de la cruel sociedad que la marginada y etiquetaba de ser maldita.

Lancelot siguió sin quitarle un ojo de encima.

—¿No piensa dormir en un lugar cómodo? Si lo desea‚ puede dormir a mi lado. No tendré problemas —le ofreció ella de manera muy amable y palmeó la zona de la cama a su lado.

A Lancelot se le conocía por ser alguien muy desconfiado, despiadado en las guerras y solitario. Cualquier cosa que le ofrecían, él rechazaba.

—No pienso dormir contigo —respondió él.

Él no solía ser así antes.

—Entiendo...

Pese a que haya pasado mucho tiempo, le entristecía aún ser rechazada. No podía lidiar con la soledad, a pesar de que haya pasado años de esta manera, y en prisión.

— Buenas noches —diciendo esto‚ se acomodó cubriendo su cuerpo con las mantas y poco después quedó en un sueño profundo, en la desesperanza de tener una vida feliz y tranquila.

No sabía qué hacer.

Perdía motivos cada día que pasaba...

Estaba cansada...

My helpless Rose |Shadamy| [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora