CHAPTER 8

3.2K 344 83
                                    

♠♠

Lancelot

No podría decir con exactitud cuánto tiempo me he quedado de pie, pero sí puedo afirmar lo irritante que es pasar el tiempo con alguien de quién se tiene la obligación de vigilar...

Aunque vaya en contra de mis deseos de alejarme, debo enfocar mi atención en la nueva prisionera. No tengo opción mas que acatar mis deberes como guardián y retomar mi posición. No importará el tiempo que me lleve hacerlo: no puedo apartar la mirada y cometer los mismos errores como varias veces ocurrió en el pasado.

Quizás haya pasado un par de horas de pie... No estoy seguro...

No hay nada interesante que contemplar en esta fémina. He de suponer que no será necesario tener que observarla por más tiempo. No creo que se levante e intente escapar pese a mis amenazas y advertencias.

¿Será capaz de rebelarse contra mí?

Ya me estaba dirigiendo al sofá. Tomé asiento sin ganas de soltar palabra alguna.

Si bien noto en ella un sueño profundo, mantener la guardia baja no es una opción que deba elegir. No solicité la compañía de nadie, y lo dejé en claro hace tiempo. ¿Por qué diablos me tuvieron que dejar a cargo a esta chica? Ya estaba cansado, harto de tantos actos de rebeldía en mi contra...

Detesto admitirlo, y lo detesto con ganas: tratará de engañarme, y lo descubriré en algún momento.

Permitir que me sometan una vez más, que esté bajo sus órdenes, que siga siendo víctima de sus falsos tratos de amistad, compañerismo....

Pagarán por lo que han hecho...

Es tanta mi decepción por todo, que no puedo pensar mas que solo en venganza. Maldecir o no la presencia de esta joven... No hay respuesta, pese a que mis intenciones sean claras...

Cierro mis ojos e intento conseguir calma a través del silencio. No puedo describir tan bien este ambiente como lo percibo ahora.

Unos suaves ronquidos llegan a ser más notorios a mis oídos; me dan la señal de una aparente tranquilidad.

Tan apaciguada, que todo se me hace tan extraño...

La veo rebullirse en la cama... Balbuceaba entre sueños, sus lágrimas recorrían por sus mejillas.

Los gestos en su expresión me dan a entender que solo se trata de una paroniria suya.

¿Cómo es que esa niña ha terminado aquí? Sin duda, es una joven común y corriente... Una humana.

Pese a que es un tema poco recurrente, me tomé la molestia de estudiar un poco sobre los seres humanos. Una de las razas más débiles y desconocidas de estos lares: envejecen hasta cierta edad, son seres vulnerables, sufren de ciertas enfermedades, su promedio de vida es de 80 a 90 años...

Vivir 180 años es más que una eternidad: es una molestia. Ser alguien paranormal, con poderes y capacidades en las guerras‚ al igual que los demás guardianes que vigilan sus aposentos dentro de esta fortaleza. Condenados a custodiar personas desconocidas, y lo peor de todo, es que debo tratar con escorias como los anteriores huéspedes que vivieron aquí.

A diferencia de mis anteriores huéspedes, ella es una mortal, Amy Rose es una humana... Será fácil deshacerme de ella.

Llego a oír sollozos de aquella joven. Emito un gruñido y me incorporo del sofá.

Condenada niña...

Si ella está fingiendo todo el tiempo para intentar escapar de este lugar... Si lo hace‚ juro que no me contendré. Su vida se convertirá en un averno antes de que conozca el verdadero cuando muera; mucho peor que eso‚ la torturaré hasta callar sus gritos. Sería capaz de hacerlo.

Me encamino hacia la mesa de noche se hallaba al lado de la cama. Una vez abierto el pequeño cajón, rebusco entre las cosas y agarro un pañuelo blanco con un frasco de cloroformo. Cierro el cajón y volteo a verla, con el pañuelo y el frasco en ambas manos‚ vierto en la tela unas gotas del frasco hasta quedar impregnadas.

El sonido aparente de rocas siendo arrastradas en un pavimento me llama la atención. Miro de reojo la ventana, percatándome de un tronar fuerte: habrá un tormenta...

Amy se levantó de golpe, a lo que yo volteo de inmediato: daba bocanadas de aire como si hubiese salido del agua después de un buen tiempo. Al dirigir su mirada hacía arriba, hacia la mía, entorné levemente mis ojos: algo en su forma de mirar hizo que me desconcertara por un momento.

Su mirada... tan acuosa y afligida. Por un momento quise pensar que no tenía malas intenciones. Es como si pidiera ayuda, y a la vez se resignara a las consecuencias.

No puedo confiarme...

Sus ojos se desviaron hacia mis manos‚ viendo el paño y el frasco de cloroformo‚ pero al parecer no se dio cuenta, por lo que esforzó más su vista para ver qué tenia el frasco.

No puedo confiar en nadie...

Cubrí su nariz y labios con el pañuelo. Iba a inmovilizarla; pero quedé nuevamente pasmado al ver que no forcejeaba. Al parecer, ya se había dado cuenta, y aún así no opuso resistencia.

No tuvo intenciones de liberarse; ni siquiera tuve que impedir su escape.

El cloroformo había surgido efecto en ella, sus párpados cubrieron sus ojos en una lentitud silenciosa. Su cuerpo iba decayendo de a poco en la inconsciencia.

Su cuerpo es muy débil, tal y como lo sospeché. El efecto del cloroformo era más rápido en un humano. Nosotros resistimos casi un minuto como mínimo.

Me es de extrañar que haya cooperado. Cualquiera se hubiera resistido ante ese intento de daño. Cualquiera se hubiera defendido, hasta hubiese rogado por piedad. ¿Tuvo ella motivos para decidir no hacer nada de eso? ¿Temor a romper las reglas? ¿Debilidad?

Desconozco sus intenciones, por más que le trate de dar otro sentido a mis pensamientos...

No bajaré la guardia.

La recuesto en la cama y acomodo sus sábanas, sin darle importancia a la manera tan indiferente en que estoy realizando tales acciones. Su presencia aún me transmite desconfianza.

A decir verdad, ella no se mostró reacia; tampoco es como si le agradara el trato que le estoy brindando. Ni siquiera ha estado a la defensiva, lo que me resulta extraño. No le he brindado nada de comer ni beber, ni me ha pedido nada...

Todo esto es confuso...


∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆

Han pasado 84 años, lectores.
Después de llevar meses recibiendo pedidos de actualización, pude subir por fin un capítulo más.

Lamento mucho la tardanza. Se que debería acelerar un poco la actualización de este fic, pero está en modificaciones, pese a que están presentes los capítulos. Hace tiempo estuve pensando en agregar algunos detalles, cambiar algunas escenas y, definitivamente, eliminar el relleno del que ni recordaba su existencia. Toma tiempo.

No tanto cambiar el contexto, sino darle un nuevo punto de vista, sin perder su esencia.

Son casi 100 capítulos por editar (al menos voy en 8), por lo que quizás me tarde una eternidad, Tengo pensado publicar de dos a tres capítulos cada que pueda, dependiendo cómo va, por eso me estoy tardando mucho (además de ciertos fics que tengo pendientes y el estrés)

My helpless Rose |Shadamy| [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora