Capitulo 41: Verdad a medias.

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No lo corregí, por favor señalen los errores, gracias.

Perdón por tardar, espero que les guste.

¡Deseenme suerte!




Nueva York. Lunes, 12:23am.

Elizabeth.

Diciembre llego a la ciudad con una ola de nieve, nostalgia y aceptación. Ha pasado una semana completa desde aquel último mensaje de Zayn que proclamaba el fin del juego, una semana en la que mi dramatización de sentimientos cedió un poco, ya no estaba tirada en la cama de él abrazando su almohada, y se debía no tanto a que realmente me encontrara bien, si no al hecho de que mi nueva postura de villana me pedía estar completa y en guardia. No podría ser capaz de repetir todo lo que me han dicho en estos días, tanto niñas como locutores y famosos se han complotado para hacer de mi nombre el contenido de su programa, blog o comentario. Y en tan poco como siete días me volví un centro de insultos y odio al que todos acudían para descargarse.

Ninguno de los chicos salió a hablar en todo este tiempo y según las teorías de Paul, que también ha perdido el contacto con ellos, Modest debe de estar guardándolos para que no empeoren la situación y hablando de ellos, ya me enviaron una intimación que ha decir verdad llegó esta mañana, pero dice claramente que todo este desastre o infortunio como lo nombra la carta, acabará en manos de la justicia. Y, ¿Cuáles son mis acusaciones? Bueno, injurias y calumnias para contra la banda. A demás de que me tachan como la culpable de la publicación de la estúpida nota que me nombra como la chica que rompió Zerrie.

Todos intentamos leer las intenciones tras esa notificación judicial y fue, una vez más, Paul quien nos mostró lo que realmente significaba, cosa que realmente no me gusto en lo absoluto, pero me llevo a tomar la decisión de volar a Los Ángeles. La verdad debía saberse, y prefería que saliera de mi boca a que sea por algún otro lado que produzca mas dolor del que puedo causar yo misma. Esas son mis excusas disfrazadas de motivos para estar sentada en esta butaca de avión, esperando a que el resto de los pasajeros termine de subir para iniciar el vuelo de cuatro horas.

Cuando todos terminan de subir y se anuncia el despegue, me doy cuenta de cuánto hecho de menos el avión privado de la banda. Me enojo conmigo por haberme acostumbrado en tan poco tiempo a una vida de lujos que no me perteneció nunca, a tal punto de ahora sentir como me hace falta. Porque si, se acabaron para mí los viajes gratis y privados, me devolví a la realidad económica de golpe, pagando el vuelo con mis ahorros y creando un déficit en mi cuenta que me va a doler reorganizar y metiéndome de prepo en un vuelo normal por primera vez.

En temprano en la mañana cuando despegamos, y con la nevada de diciembre fui obligada a embadurnarme en un abrigo pesado, bufandas gruesas y gorros que cubren casi la mitad del rostro, lo que debo admitir fue un alivio ya que evito que alguien me reconocerá en el trayecto de la casa de Zayn al aeropuerto, y es algo a lo que verdaderamente no quiero arriesgarme, porque se de antemano que nadie va a pedirme autógrafos o una foto, todo va a ser más humillante y despectivo, teniendo en cuenta que me gane el odio de casi todo el mundo adolescente y en su mayoría femenino. Aterrizamos en Los Ángeles pasado el mediodía y tengo que tomarme un momento para cambiarme en el baño del aeropuerto, el clima aquí es mucho más cálido y la ropa invernal que tengo puesta resalta mucho en el paisaje, guardo la gran campera y me pongo una de jogging, mas cómoda y fresca, una gorra con visera que me sujeta el cabello atado y los lentes de sol. No soy capaz de pagar un taxi, cuando recuerdo la distancia que recorrimos con Harry aquella vez que fuimos a por Leah al aeropuerto, asique contra todos mis pronósticos, pido indicaciones y comienzo a caminar. Después de perderme varias veces y viajas en tres colectivos distintos, doy con la playa Santa Mónica, y ya luego tengo una hora y dos perdidas mas de caminata hasta por fin dar con la casa que tantos recuerdos parece guardarme. Entre todo m trayecto, logré que sea entrada la tarde, por lo que de inmediato supe que debía apurarme si no quería perder mi vuelo sin reembolso.

Marido por accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora