Capítulo 15: Los Angeles, nena.

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Admito que fue inteligente salir de New York ayer al mediodía. No sabía que cruzar de lado a lado Estados Unidos nos llevaría casí cuarenta horas.

Aun sigo sin entender el porqué de viajar en auto, pero no me molesta. Si vamos al caso, dormí la mayor parte del viaje.

—Bien, esto es Los Angeles, nena – Grita Louis, y me da la seguridad de que no sera la última vez que oiré la frasesilla.

—¿Qué hacemos ahora? —pregunta Niall con una sonrisa.

—¡Vamos a la playa! —Louis no nos dio tiempo a reaccionar que ya esta corriendo al agua mientras se quita la camiseta blanca a rayas.

Liam y Niall lo siguen de inmediato, repitiendo sus movimientos. Cuando llegan al límite entre agua y arena, los tres se quitan sus pantalones y suspiro. ¡Madre mía! En cuanto le cuenté esto a Leah, me va a matar por no sacarles fotos. Niall y Liam en boxers negros, se lanzan de inmediato, Louis provoca un poco más, moviéndose de lado a lado luciendo su boxer blanco. ¡Maldito, lo hace a propósito!

Los tres tienen buenos traseros, pero Louis puede llevarse un premio. ¡Por el amor de dios!

Dejo de observarlo un segundo, cuando otro cuerpo cruza por mi campo de visión. Un castaño lleno de rulos con boxers amarillos, corre como si su vida dependiera de ello. ¡Dios! ¡No mires, Elizabeth! Me grito mentalmente antes de que la mota de rulos de Harry se hunda en el agua. Suspiro. Claro que sí miré. Harry también tiene un pequeño pero bien formado trasero.

De repente, siento el sol demasiado fuerte, y cómo mis hormonas retroceden a cuando tenía unos dieciséis.

Un último cuerpo cruza frente a mi, no tengo que ser un genio para saber de quién se trata.

Su cuerpo delgado, espalda fuerte de hombros y cada uno de sus tatuajes. Su cadera. Trago en seco.

¡Mira ese trasero! ¡El boxer azul oscuro le queda condenadamente bien! —Exclama mi subconsciente traidora agitandose con una mano, para darse el aire que un idiota le había robado.

—¿Disfrutando la vista? —pregunta deteniendo su paso y volteando a verme con vanidad. Aprieto mis labios y levanto la mirada. Jodido seas, tú y tu pequeño y formado culo.

No digo nada y comienzo a quitarme la remera blanca de tirantes que traía puesta, sin dejar de mirarlo a los ojos. Soy consciente de que pasa forzosamente saliva por el evidente movimiento de su nuez de adan y sonrío en cuanto la remera cubre mi rostro.

Quito también mis shorts, provocandolo y me aplaudo mentalmente por haberme puesto mi mejor conjunto de ropa interior.

Ajusto el boxer femenino negro que es parte del conjunto y le sonrío.

—Mis ojos, están aquí —Zayn carraspea ruidosamente y levanta la vista de mis senos. —Cerdo —Exclamo indignada y corro al agua, exagerando mi movimientos de caderas. En cuanto entro, veo como Zayn se acerca a paso lento y confundido.

—Eres un genio, ¡Un maldito y bastardo genio! —Grita Harry tomando mi cintura en el agua.

—¿Quién? ¿Yo? ¡No sé de que hablas! —Ambos reímos.

Dos horas en la calida playa de Los Angeles. Y ya amo el lugar.

Es extraño como cambía el clima estando a varios km de tu hogar. En especial cuando se trata de un cambio tan drástico.

Pasamos dos horas enteras jugando como idiotas en la playa, y agradeciendo que está esta prácticamente desierta.

—¿¡Qué demonios!? —exclamé cuando Harry me tomo de las rodillas y Louis de las muñecas, estaba tumbada al sol, cuando ellos me cogen de la nada —¡Chicos, sueltenme! —grito.

Marido por accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora