XLVIII

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-¿Que pasa?- Me pregunto, con una mano peino mi cabello con ternura.

-Nada.

-Dale, decime.- insistió. - ¿Peleas con chicas?

Rei al igual que ella.

-Algo así. - Conteste.

-¿Te mandaste alguna?

-Los dos.

-Pero ¿se pelearon feo o que?

-Que.- Respondí divertido y me miro serio, resoplo

-No se exactamente que paso, pero algo que sé es que sos demasiado orgulloso. - La mire fijo, ¿lo estaba diciendo enserio?

-¿Enserio?- Pregunte.

-Está mal medir las culpas, ver quien hirió más a quien, es horrible, pero creo que si la amas de verdad...

Suspire, es verdad lo que dice.

-¿La quieres?-pregunto.

Afirme.

-¿Me la presentaras?- Pregunto con una sonrisa en el rostro. Solte una carcajada sarcástica, sabía que no todo podía ser bueno.

-Capaz ya sepas quien es.- me levante de mi silla, iba a hablar con Oriana.

-¿Es la colorada de rulos? - Pregunto.

-No, mamá.

Me gustaba dejar a la gente, si tenia ganas de contárselo pero es algo que no se ni yo que es, así que deje sospechas.

.

-Julian, ¿Podes ayudarme?- Me pregunto. Entró con confianza y encendió la luz, sin pensar que estaría durmiendo o algo.

Y si, era mi madre.

-¿Que pasa?

-Entró agua en la pieza donde esta Ori
- Dijo, ya se lo que iba a venir después. - ¿Tenes donde pueda dormir?- Pregunto.

-Puede dormir en el piso.- Bromeé.

-¡Julian!- Me reto.

-¿Como ayudo?

-Quiero que duerma bien, mañana tiene que terminar todo ¿Puede dormir acá? - Pregunto.

-¿Queres que le de mi cama?- Pregunte resaltado, no era mucho esto.

-Pone un colchón en el suelo y que duerma, no lo se.- Dijo, salio de la habitación. -Entra.

-No quiero.- Murmuró oriana pensando que no la oiría.

-Entra.- Le ordenó, esta vez no se quejo y entro con su peor cara.

Iba a hacer rápido las cosas para volver a dormir,

No dijimos nada, en verdad ambos teníamos ese orgullo tan impregnado que me daba miedo, eso solo empeora las cosas.

Hice un prototipo de cama en el suelo, en donde dormí yo, por más enojado que este no la iba a dejar dormir en el suelo.

Cerca de las 4 de la mañana empezó a llover nuevamente, haciendo que me despertará, me levante con cuidado de no hacer ruido y despertar a Oriana.

Me dirigi a la cocina por un vaso con agua.

Me sobresalte cuando vi a Oriana allí.

-Mierda, me asustaste.- Le dije con una mano en el pecho.-Pense que estabas durmiendo.

- Vine por agua.- Dijo agarrando la jarra.

-Yo tambien.

Sirvió agua en dos vasos y me dio uno.

-Gracias.

Después de unos segundos en silencio, tengo que admitir que parecías horas y de tortura, ella se ánimo a hablar.

-¿Aún sigues enojado?- Me pregunto.

-No quiero pelear con vos sabiendo que te vas el lunes.- Admiti.

-Te voy a extrañar.- Susurro, dejó el vaso en la mesa y me abrazo fuerte.-Perdoname.- Dijo sollozando, me estaba partiendo el alma.

Pero no le correspondi el abrazo.

¿Puedes ser alguien tan orgulloso como yo?

Capaz mi madre tenía razón y de una vez tendría que tragarme el orgullo, de cualquier modo, los dos nos equivocamos.

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&quot;El amor no entiende de idiomas&quot; - Novela OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora