6.

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Bryan caminaba por cada parte de su habitación. No tenia nada que hacer mas que esperar la tarde-noche para ir con Alan y su familia. Obviamente ya estaba listo. Pero no quería llegar antes, seria algo realmente incomodo.

Por algunas razones se sentía nervioso, pero él no sabia la razón.

Las horas parecían ir cada vez mas lentas, se estaba desesperando. Miro a la puerta y esta estaba abierta. Salio, se dirigió a la planta baja encontrándose con el diario tirado en el suelo. No recordaba haberlo dejado ahí cuando llego. Lentamente se agacho y lo tomo. Abrió el diario, ya decidido para poder leer cuando el timbre logro espantarlo haciendo que se cayera al suelo. Maldijo por lo bajo y lo recogió.

Lo aventó al sillón y se fue para la entrada de su casa. Al abrirla se encontró con nadie, lo primero que pensó fue «solo su imaginación», tal vez posiblemente se volvía loco y debería dormir un poco.

Pero no se percato de aquel pequeño paquete que hacia en su entrada. Cerro la puerta y volvió a la sala donde tomo de nuevo el diario y subió con el en manos.

Entro y se aventó a la cama y miro arriba. Se sentía tan solo y aun lastimado quería que todo acabara de una vez por todas. Una lágrima callo sobre su rostro algo sonrosado, la limpio en seguida, ya no quería llorar, se sentía tan débil cuando lo hacia.

Se volteo sobre la cama, abrió el libro y comenzó a leer:

Día Seis.

Hola Bryan

Esta vez no diré que mas me gusta de ti. No. Mas bien te quiero decir que esta mañana es realmente hermosa, y no pude evitar acordarme de ti. El cielo aun esta un poco oscuro, obvio no tanto. Hay nubes negras, hace un poco de frió y, hay pocas personas en la calle.

Ahora son las seis treinta de la mañana. El cielo se ve cada vez mas hermoso, se ve un poco morado, tal vez lila, los primeros rayos se asoman y alumbran algunas nubes. Las personas ahora son mas. El ruido de los autos que pasan a mi lado aumentan. 

Solo falta una cosa. Tu. 

A pesar de que hay personas, me siento solo. Es como sentirse vació. 

Muchas personas, mas bien jóvenes, pasan con sus parejas. Eso es algo aun peor, yo no te tengo a ti, pero se que algún día me encontraras. Tengo esa vaga esperanza de que me encuentres, porque yo te daré pistas de como soy, pero no las suficientes como para decirte quien soy o como me llamo.

Te daré una pista:

Es alguien cerca pero a la vez esta tan lejos...

Tal vez suene estúpido pero así es. El frió aun no ha cesado. Necesito tenerte a mi lado, así tendría el calor de tu cuerpo y el de tu aliento. Esto es tan cursi, que seguro si mi amigo lo lee, le daría diabetes. Bien creo que con eso arruine todo lo que te he dicho, pero no importa, porque se que realmente te amo y te amare siempre, te lo prometo.

Hasta ahora es la mejor locura que he hecho. 

No me arrepentiré nunca, o tal vez si me niegas entonces ahí si diré que fue un grave error y que nunca debí hacer esta estupidez.

En fin y al cabo, como en el final de cada día a través de estas "notas":

Te amo, Bry...

-F.L.

Bryan pensó que no era estúpido, mas bien pensó que esto podría ayudarlo.

El timbre volvió a sonar. Vio la hora, ya era tarde. Tal vez era Alan.

Tomo su suéter y bajo las escaleras, abrió la puerta y vio efectivamente al moreno. Él lo miro burlón, y entonces vio un pequeño paquete que tenia en manos.

—Oye esto estaba... —no termino su frase cuando se lo arrebato y lo vio. Era un libro, el cual tenia una nota: "Nunca estarás solo, lo prometo."

Se sintió estúpido al sonreír de aquella manera, pero era inevitable no hacerlo. Sabia exactamente de quien era, obviamente era de aquel chico con las iniciales F.L.

Buscándote. ||BM||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora