10.

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—Oye, Jos... —Leyva hablaba pero sin éxito. No tenia ni idea de por qué estaba así-. Perdón.

—Andrés, esto esta bien —hablo Jos, mostrando su cuaderno con algunas ecuaciones. Se alejo de Leyva y acabo su trabajo. Por tanto él aún no había acabado nada. Tal vez la maestra lo regañaria o le tomaría algún castigo.

Canela entrego el trabajo a la maestra y salió con todas sus cosas.
Freddy se quedó parado, quería arreglar todo, pero no sabia cómo.
Además, no hizo nada, ¿oh sí?

Sonó la campana, y antes de recibir una queja, corrió fuera del salón.
Comenzó a buscar a su amigo.
Tendrá que pensar antes de actuar. Esto significa que: sí eres Jos y estas lastimado, ¿a donde irías?

Pensó.

¿En casa? ¿Un bar? ¿El patio de la escuela? ¿Un parque? ¿En la cafetería?

No, nada de eso. Entonces, ¿donde?

Pero claro. El es tan dramático para estas cosas, como no se le ocurrió desde un principio. Después de cada clase, el siempre iba al baño, de hecho va al baño en cada ocasión.

Emprende camino hacia el baño, algo ridículo. Pasa al lado de personas que lo miran raro, otras que no les importa su presencia, pero en fin y al cabo no le importa.
Baja la mirada, aún así odia que lo vean. Parece que camina dormido, pero en realidad va soñando despierto.
Su mente ahora tiene a Bryan. Ah, Bryan, lo tiene la mayoría del tiempo pensando en él, en una vida con él. Sueña que algún día se casarán, adoptaran a una hermosa niña, es más ya hasta pensó en el nombre: Lauren Pacheco Villareal. Ese sí seria un maravilloso nombre...

—Oh lo siento —se disculpa al chocar con alguien, y caer ambos al suelo.

—No te preocupes —responde aquella persona, levantando el diario. Leyva al percatarse de que choco con el amor de su vida, casi muere al instante.

—Yo... yo ah... —comenzó a tartamudear por dos cosas: su hermosa presencia y el diario. ¡Sí lo esta leyendo! No lo creía.

—Calma, yo ni veía por donde iba, es que esto es realmente interesante, ojala y exista este maravilloso chi... —callo al escucharse a sí mismo.

—Oh, eso es genial —sonó muy alegre.

—¿Qué?

—El... Oh, nada. Es solo ahm... Eres Bryan, ¿no?

—Sí, creo conocerte.

—¿A sí? —pregunta ingenuo.

—Sí, por la cena de los Navarro. Te he visto varias veces por aquí, pero nunca pensé que serias familiar de ellos.

—Ahm sí, soy primo de Alan —que tonto era al no acordarse, se suponía que fue la mejor noche de su vida.

—¿Eres tú? Eso es extraño, él no te habla.

—No lo hace, pero me molesta cuando me ve en su casa o alguna cena...

—Por ser gay.

—Ahmm —se rasca la cabeza por nervios.

—¡Lo siento! Es que él... No importa, perdona.

—No tienes que hacerlo, ya me iba —dio un paso para caminar, lo detuvo.

—Espera, ¿cómo te llamas?

—Yo... —lo pensó, si se lo decía sabrá que él, es el autor del diario. Solo por decir: Freddy Leyva, será muy obvio que es «F.L.»—. Ahhh, adiós. —Soltó su agarre y se fue corriendo hacia lo que quedaba de camino al baño.

Buscándote. ||BM||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora