El reencuentro

¡Quitate de mi camino, bestia!

Una vez en el paradero seguía pensando en aquel chico, lo tenía en recuerdos muy pasados, demasiado cómo para que fueran "un par de años ".
Cuándo llegó al banco de sangre dónde se juntaría con su buen amigo esperó afuera del lugar, paciente revisando uno que otro correo, odiaba éstos lugares, pero su amigo no podía con las agujas sólo y le había rogado por que lo acompañara, la hermana de éste necesitaba demasiados litros, Hae se había refugiado en un lastimero discurso del porqué no podía donar, aunque culminó en un "Tampoco podría por el reciente tatuaje en mi espalda, Lau"; cuándo su móvil sonó, tomó la llamada comenzando a vociferar.- ¡¿Es una broma?! Mira, cuándo te vea te cortó esa webada que te cuelga y esos que lo acompañan, hoy podía dormir hasta tarde, tenía libre ¡¡Te mato ¿Me oyes?!! Adiós, bruto. -Y el chico de la mañana volvió a atacar su mente.- Puta madre y ese que no se sale de mi cabeza -Refunfuñaba entre dientes comenzando a caminar ahora más lento pues no había prisa ya, su plan era la cama un par de horas más.

~·~

Su andar continuó lento, tranquilo, intentando no llamar demasiado la atención a pesar de ser algo difícil por su naturaleza real. Nuevamente se encontraba ensimismado, invadido por el abanico de colores que irradiaban los diversos sonidos de la ciudad. Miró a los mismos, pensativo, y recayó en el recuerdo de ese muchacho, ¿quién era? ¿De dónde lo conocía? Poco a poco la mera existencia del sujeto resultaba un dolor de cabeza para él, por lo que intentó distraerse con lo que fuese que encontrara a su alrededor hasta llegar a su destino.
Cruzó la calle sin mirar ni pensar, recibiendo el repentino insulto de un conductor. Giró su rostro hacia aquel auto y alzó su dedo medio sin dejar de caminar- ¡Tenías el alto, imbécil! -replicó, volviendo a lo que era realmente importante segundos después. Coló sus manos dentro de los bolsillos de su saco negro y miró en la lejanía el banco de sangre donde tendría su entrevista, mas había una silueta en frente del mismo que le desconcertó. ¿Otra vez él? Bufó casi fastidiado ya a pocos centímetros del adverso que, a su vez, parecía acercárcele.- ¿A caso eres un acosador?...