Su mirada no podía despegarse del ajeno, como si buscase en él algo, lo que sea, para saciar de una vez por todas sus dudas, pero nada, absolutamente nada venía a su cabeza. Muchas personas, muchos recuerdos, incontables vidas, no podía recordar a un solo individuo. Tras un suspiro de resignación dejó de verle, centrándose ahora en su café; lo observó fijo, algo nervioso, y lo acercó a su boca para dar un profundo trago. Pocos segundos pasaron antes que dejase el vaso sobre la mesa y corriera a grandes velocidades hacia el baño, HyukJae necesitaba vomitar y de inmediato. Abrió la puerta del mismo estrepitosamente, miró a su alrededor en busca de los cubículos y, al encontrarlos, se lanzó al interior de uno; trabó la puerta y dejó escapar todo lo que estaba en su estómago, desde el café hasta la poca sangre que había ingerido. Eso era malo, la última vez que había sucedido eso sólo soportó unos cuantos minutos y terminó huyendo en busca de una presa.-
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Dio un respingo apenas sintió el abrir de esa puerta completamente estrepitoso, miró sin apartarse del lugar pues estaba meando, al verle apretó su mandíbula y terminó de "relajarse".- Y EL ACOSADOR SOY YO, IMBÉCIL ¿Ahora te haces el enfermo para poder seguirme? -Gruñó Hae yendo al lavabo, lavó sus manos y miró el cubículo.- Los muertos no se enferman -Escupió.- Cómo te vea la cara otra vez te la rompo de los cojones que ya me haz roto tu mismo -Volteó arreglando su cabello, si se le aparecía podría golpearlo, eso esperaba ansioso.-
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Su garganta raspaba y su estómago dolía, pero más que nada, su hambre comenzaba por aparecerse «¡Maldición!». Respiró profundo cuando el adverso habló, sintiéndose obligado a contestar.- Y los perros no orinan en los baños. -replicó, levantándose de su lugar y posando la espalda en la puerta, su cuerpo no aguantaba mucho y terminaría por enloquecer.- Ladras mucho, idiota. -Culminó, limpiando sus labiales con la manga de su playera y saliendo del cubículo. Necesitaba ir a su hogar cuanto antes o devoraría al primer ser cerca de él.-
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Apenas le oyó soltó un gran suspiro, mantenía sus manos empuñadas al rededor del cerámico.- Y tu no paras de romperme las pelotas con esa cara que te cargas, gil. -Apenas le vio por el espejo se volteó y sin poder aguantarlo se encimó en él, le empotró entre las separaciones de los cubículos .- Deberías ya callarte porque te voy a reventar la cara de un puñetazo -Dijo tomándole por la solapa de su abrigo con mucha fuerza, ya no podía medirse, realmente estaba furioso .- En serio lo digo. -Rugió sin importarle todo lo que pensaba pues, el muerto se lo había buscado.-
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El reencuentro
Narrativa generaleLee Dong Hae es un hombre lobo nacido hace muchos siglos siendo poseso de inmortalidad gracias a los brujos, odia las peleas pero tiene un pésimo humor. Lee Hyuk Jae por otro lado un vampiro, escuálido sin más sentimientos que la frialdad al momento...